El primer partidazo pospandemia con el permiso del derbi de Sevilla no defraudó. El Real Madrid se impuso a un Valencia al que sostuvo la grandeza de su escudo, aunque solo una parte. Ya acabó el primer acto boqueando y terminó de ceder en la segunda parte, que fue un monólogo de los de Zidane.
El Real Madrid mejoró la imagen ofrecida ante el Eibar. Aprendieron los del técnico galo a no desconectar y su rendimiento fue a más ante el Valencia, con una segunda mitad completísima. Antes, en el primer acto, las ocasiones estuvieron repartidas. Los blancos parecieron tener siempre un puntito más que su rival, aunque los mayores sustos fueron 'ches'.
Avisó Rodrigo antes de su polémico gol. Recibió de Maxi Gómez y la estrelló en el palo. Tenía muchos huecos al contragolpe el Valencia y, mientras tuvo físico, los aprovechó. Pero el problema lo tuvo atrás. No estuvo mal el partido de Guillamón y tampoco el de Mangala, pero el equipo cometió numerosas pérdidas a la hora de salir con el balón jugado.
No fue el día de Parejo, que acabó completamente fundido, y tampoco el de Ferran o Soler, mientras que Kondogbia simplemente cumplió. El Madrid supo ver esa debilidad en el centro del campo y aplicó una presión asfixiante que el Valencia manejó como pudo en la primera parte. En la segunda, las pérdidas 'ches' crearon ocasiones cada vez más claras hasta el 1-0 de Benzema.
Gol anulado a Rodrigo
Pero antes, en el movido primer tiempo, el Valencia pudo cambiarle el signo y el sino al partido. Rodrigo remachó un tiro de Gayà que no acertó a despejar Varane y puso un 0-1 que solo duró unos minutos. Sánchez Martínez tuvo que revisar en el vídeo la acción para valorar si Maxi Gómez molestaba a Varane, primero, y si Mendy habilitaba al uruguayo, después. Sí a lo primero y no a lo segundo: gol anulado.
Los sobresaltos no tuvieron lugar solo en una de las áreas. Cillessen engrandeció su figura y salvó dos tantos cantados de Hazard y Carvajal. Y así se llegó al descanso, con un eterno tiempo de prolongación que ya dejó ver que unos tenían muchas más fuerzas que los otros.
No introdujeron novedades ni Zidane ni Celades tras la charla técnica. Y eso que los valencianistas lo necesitaban. El Madrid salió decidido a aprovechar las dudas 'ches' a la hora de sacar el balón y su presión asfixiante desgastó al Valencia a pasos agigantados.
Si los verticales contragolpes habían mantenido con vida a los 'ches' en la primera parte, no hubo ni una ocasión clara de los visitantes en la segunda. Así, el Madrid consolidó su paso adelante y castigó cada pérdida.
El Valencia vivía en el alambre, defendiendo casi en área propia. Parecían los últimos minutos, pero quedaba media hora. Y el Valencia no pudo aguantar. Un error de Gameiro, que acababa de saltar al campo, lo terminó convirtiendo en el 1-0 Benzema después de una gran acción entre Modric y Hazard. El belga, como ante el Eibar, le entregó en bandeja el tanto.
Aquella no fue una acción esporádica. El galo y el ex del Chelsea volvieron a dejar ver brotes verdes en una sociedad que empieza a ilusionar al madridismo y que duró mientras Eden tuvo gasolina.
En los últimos minutos, al Madrid le salió todo rodado. Regresó Asensio y tardó 30 segundos en marcar. Mendy rompió a Wass y le puso un centro medido que el mallorquín, de primeras, voleó a la red.
Todos querían el gol en el equipo blanco al final. Vinicius, Kroos, Ramos... pero el que volvió a dejar su marca fue Karim Benzema. Otra pérdida 'che'. Otro contragolpe. Y un golazo. El galo aprovechó un centro de Asensio y la llevó a la red de Cillessen en dos sutiles toques. Con uno le hizo una especie de sombrero a Guillamón y con otro voleó a la misma escuadra.
La roja a Kang-In Lee escenificó la impotencia de un Valencia arrollado y que queda demasiado lejos de la Champions League, con sensaciones contradictorias. Todo lo contrario que el Real Madrid, que parece ir a más y no solo desde un punto de vista táctico, sino también en el plano físico, con el que arrolló al Valencia en la segunda jornada pospandemia.