Bertoni cruzó el charco para volver a Sevilla

Bertoni, un ídolo del sevillismo pese a jugar sólo dos campañas en Nervión (1978-1980), justo después del Mundial de su país, cruzó el charco y fue la gran sorpresa en el homenaje en el que su "gran amigo" Pablo Blanco, ex capitán del Sevilla y actual director de su cantera, recibió el undécimo 'Dorsal de Leyenda' del club.

El campeón del mundo argentino, de 63 años y que marcó 24 goles en sus 57 partidos con la camiseta sevillista antes de seguir su carrera en Italia (Fiorentina, Nápoles y Udinese), no quiso perderse un acto para el que viajó expresamente desde Buenos Aires y se mostró muy emocionado por su regreso a un estadio, el Ramón Sánchez Pizjuán, donde dio muchas tardes de gloria.

La más recordada, sobre todo en San Sebastián al verse privada la Real Sociedad del que hubiera sido su primer título de Liga -luego ganó dos seguidos en 1981 y 1982-, fue el 11 de mayo de 1980, en la penúltima jornada de aquella temporada, y el Sevilla ganó 2-1 con tantos del extremo de Bahía Blanca y dejó sin premio a los vascos.

La Real Sociedad de los Arconada, Celayeta, Alonso, Zamora, López Ufarte, Idígoras o Satrústegui, entrenada por el fallecido Alberto Ormaechea, llevaba 32 partidos invicta -38 contando el final de la anterior campaña- y le bastaba con un punto, pues le llevaba uno de ventaja al Real Madrid y también le tenía ganado el 'golaveraje'.

Pero en su camino se cruzó la magia de un Bertoni en pleno apogeo y que deslumbraba. Adelantó en el minuto 30 a un Sevilla que fue primado por el Madrid -se habló de 5 millones de pesetas (30.000 euros) a repartir- y Zamora empató en el 65', pero, con su equipo con nueve por expulsión precisamente de Blanco y Juan Carlos, el argentino hizo el 2-1 en el 83 y puso el título en bandeja a los merengues.

Ahora, 38 años después de aquel hito, el mundialista con la 'Albiceleste' rememoró aquel partido en su regreso a Sevilla y dijo que "es algo que queda en la retina" y por lo que lo "quieren mucho en la Real Sociedad". "Cuando fueron campeones al año siguiente, me mandaron saludos, me dedicaron el triunfo", bromeó.

El argentino, que en el Sevilla formó una pareja letal con su compatriota Héctor Horacio 'El Gringo' Scotta, mostró su lado más humano en el homenaje, por su medio siglo de dedicación a su club, de su amigo y compañero Pablo Blanco, quien, sorprendido y encantado con su presencia, le dijo: "Te fuiste y has vuelto, y mira cómo te recuerda la gente".

"He cruzado el Atlántico para verte, pero te lo mereces. Estoy orgulloso de haber vivido momentos tan lindos y es verdad que no ganamos nada, pero el Sevilla está ahora en la élite del fútbol mundial. Pablo vino una vez a Buenos Aires y decía: 'es linda, pero Sevilla es Sevilla'. Él ama a esta ciudad y a este club", resaltó.

Bertoni, autor de dos goles en el Mundial 78, uno de ellos el último de la final ganada por Argentina a Holanda (3-1) ya en la prórroga, indicó que en España Blanco le atendió como si le "conociera de toda la vida" y "la amistad perdura para siempre", y deseó que el Sevilla siga "dándole a las leyendas lo que merecen".

"Como dice Pablo, en Sevilla hay que morir", subrayó el ex futbolista, que en su etapa sevillista encargó junto con Scotta la talla del Cristo del Gran Amor, del imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte y que se venera en la Catedral bonaerense, y que el sábado se viaja a Florencia para ser él ahora el homenajeado como leyenda de la Fiorentina.