El Olímpico nos ha trasladado a los tiempos de los emperadores romanos, las batallas en el Coliseo y la época de los emperadores. Porque realmente se vio un espectáculo digno de aquella parte de la historia, pero que terminó con un triunfo español y dejó al emperador con el pulgar hacia abajo.
Y es que el Betis supo desde el primer momento que puntuar ante la Roma era más que positivo. Los de Manuel Pellegrini llegaron respaldados por más de 4.000 béticos al feudo de José Mourinho y evitó a base de lucha y sacrificio las mordidas de los leones 'giollorossi'.
El balón siempre fue para los verdiblancos en el arranque del partido, pero el dominio estéril y sin profundidad era cómodo para los locales. Sin embargo, Fekir y Canales empezaron a llevar la batuta y los huecos se produjeron en la defensa romanista.
De ahí salió la primera y una de las más claras del partido, cuando el francés encontró el hueco en la frontal y chutó a la base del poste. Sin embargo, todo lo positivo se transformó en negativo cuando el campeón del mundo se tumbó en el césped y confirmó que no podía seguir más.
A partir de ahí, la Roma respiró más y la fortuna le sonrió pasada la media hora. Como pasó días atrás en Milán, una mano dentro del área provocó las quejas de los futbolistas italianos. La única diferencia es que la de Ruibal sí se pitó tras revisarlo en el VAR y la de Dumfries quedó en el tintero.
La 'Joya' volvió a brillar más que nunca en el Olímpico y desde los once metros, Dybala engañó a la perfección a Claudio Bravo para colocar el 1-0. El gol fue encajado bien por los visitantes y pronto devolvieron el empate al marcador por mediación del argentino Guido Rodríguez.
Un Luiz Henrique que entró por Fekir y que estuvo muy activo en la zona de tres cuartos caracoleó para dársela de cara al mediocentro. El '5' llegó desde atrás como una exhalación y le pegó un derechazo cruzado que se coló por la parte baja de la portería que defendió Rui Patrício.
Los de la capital de Italia volvieron a meter el miedo en el cuerpo con un remate al larguero de Zaniolo, aunque estaba en fuera de juego, y un paradón brutal de Bravo a la volea de Paulo Dybala. El chileno fue el encargado de sostener el empate y dejar vivo a su equipo.
La segunda mitad comenzó igual que terminó la primera y el ex portero del Barcelona fue salvador de nuevo. Una falta colgada desde la derecha fue prolongada al centro por Smalling y rematada a quemarropa por Cristante, pero el meta se hizo grande y repelió con sus dos manos sobre la línea.
Con el paso de los minutos, los verdiblancos dieron un paso atrás, conscientes de lo positivo que era el punto para ellos, y le brindó el balón a una Roma que fue acechando poco a poco la portería enemiga. Sin embargo, el luchador pudo con el león y le indicó al emperador Mourinho cómo son las cosas.
Rodri, que entró en la segunda parte y aportó frescura, se fue por la izquierda y centró a la olla con un centro llovido. Con más fe que intención, Luiz Henrique saltó más que su par para mantenerse en el aire y conectar un cabezazo a contrapie de Rui Patrício para colocar el 1-2.
Los 'olés' por parte de la parte de la afición bética se sucedieron y el pitido final confirmó el 3/3 del Betis y el hundimiento de la Roma. De esta forma, Manuel Pellegrini asaltó el Coliseo con su líder dentro y salió victorioso de la lucha contra las bestias.