El Cádiz sacó un buen punto de su visita al siempre complicado Benito Villamarín. Un empate que se une al de la primera jornada, también positivo por la forma en que se produjo, con ese gol del 'Pacha' Espino en el 97'. Las sensaciones para el Betis, sin embargo, son distintas.
De momento, esta Liga está demostrando la igualdad que rige en la mayoría de sus partidos. El Betis, con un mal sabor de boca por haber sido superior en línea general, pero lastrado de nuevo por los errores defensivos y la falta de 'punch' en zona de ataque. Borja Iglesias estuvo desaparecido.
Fue un partido especial. El beticismo regresó al Villamarín y fue sinónimo de alegría para los de Pellegrini, que por momentos se vieron espoleados por el ánimo de sus aficionados. Pero el físico aún está a prueba y en la segunda parte se notó el apagón de muchos jugadores sobre el verde.
La defensa es el principal quebradero de cabeza para este Betis. Víctor Ruiz falló en zona defensiva y el 'Choco' Lozano, acompañante de Negredo en el ataque, aprovechó ese despiste del último hombre para plantarse ante Rui Silva, que derribó claramente al delantero del Cádiz en el área.
Penalti obvio y con mucha historia, porque Rui Silva detuvo en primera instancia el lanzamiento de Negredo, pero el portugués estaba adelantado en el momento del lanzamiento, por lo que el VAR avisó de que esa pena máxima se debía repetir. En la segunda ocasión, Negredo no perdonó.
Pero la respuesta del Betis fue enérgica, veloz y contundente. Tras amenazar en un mano a mano frente a Ledesma, Juanmi cabeceó en boca de gol una prolongación de Edgar, que se ha ganado la confianza de Pellegrini, e hizo un empate que animó notablemente a la hinchada verdiblanca.
A pesar del claro dominio verdiblanco en la posesión, con un 80%-20% para los locales, el Cádiz gozó de algunas importantes ocasiones, como el palo de Alarcón en el minuto 27 tras una contra impecable de los de Álvaro Cervera. Posteriormente, Fekir respondió con otro potente disparo a la cepa del poste de Ledesma.
El Betis quería más, pero no terminaba de encontrar ese gol que decantara el encuentro. Y el Cádiz logró encarrilar el empate hasta el descanso, que sirvió para aclarar ideas de cara a un intenso segundo tiempo en el que los cambios en ambos equipos no funcionaron demasiado, aunque sí que dieron refresco.
Rui Silva atrapó dos sustos consecutivos en los primeros compases y, entre el empuje algo inservible de los de Pellegrini, el partido continuó la rienda del empate. Espino dio el último alarido por la victoria en el 94' y el 1-1, mismo resultado para ambos que en la primera jornada, se convirtió en realidad.