Bielorrusia puede dar por muy bueno su capítulo de septiembre en la Liga de las Naciones de la UEFA. Su combinado nacional se alzó con el liderato de la Liga C3 a la espera de lo que ocurra en el resto de partido gracias a un golazo de Valeri Gromyko en su cita con Luxemburgo durante la tarde de este domingo. Los derrotados suman ya dos caídas en dos actuaciones, así que deben reaccionar en octubre.
Los anfitriones ya salieron decepcionados de su visita a Irlanda del Norte unos días antes y, dentro de unas semanas, retarán a Bulgaria y a Bielorrusia de nuevo, así que habrá oportunidad de revancha. Su amargor más reciente se dio, para colmo, por la acción de un futbolista que había salido al césped desde el banquillo y que buscaba reivindicarse personalmente después de no disfrutar ni de un minuto de juego en su compromiso previo.
El protagonista lleva un tiempo sin el calor de los focos porque su rendimiento lleva venido a menos desde sus campañas con el BATE Borisov, que le entregaba el honor de dejarse ver en competiciones continentales como la Conference League. En el curso 22-23, firmó 11 dianas y dio 5 asistencias en una muestra de 23 enfrentamientos de los que salió de inicio en 20, unos guarismos que llevaron al Torpedo de Moscú a pagar 150.000 euros por él en septiembre de 2023.
Su etapa en Rusia fue decepcionante, lo que le ligó a la Liga de Kazajistán y, desde ese momento, al ostracismo en el plano europeo. Es por eso que este tanto le viene tan bien para dar un golpe sobre la mesa en una campaña en la que ha sido titular habitual con su club, el Kairat Almaty. Con 27 años de edad, todavía cuenta con margen para llamar la atención, de nuevo, de algún equipo puntero que orbite a las grandes ligas.