Parece que han pasado solo unos días desde que Bojan Krkic cabalgaba la banda del Camp Nou. Tan solo tenía 17 años y ya había saltado al campo en 48 ocasiones durante una misma temporada en la élite, con el Barcelona. No son pocos los aficionados que se sienten mayores al comprobar que, en la actualidad, está retirado. Desde un punto de vista más maduro y lejano, se ha convertido en una figura muy importante a la hora de visibilizar los problemas psicológicos que puede conllevar el deporte rey para los talentos más precoces.
En una entrevista con 'El País', recordó, pensando en cuándo comenzaron las curvas: "Empezó pronto, a mitad de mi primera temporada en el Barça, porque todo fue demasiado deprisa y llegó un momento en que, en mi cabeza, no cabían más cosas. Todo me iba pasando rapidísimo: debutar, marcar goles, tener protagonismo en el primer equipo, llamar la atención a la Selección Absoluta... Se esperaba demasiado de mí y yo era un niño. Ahora, hemos normalizado esto, pero, hace 16 años, no era normal que un chaval de 17 años estuviera en este escenario tan complejo".
En 2014, cuando volaba a Inglaterra para firmar un contrato con el Stoke City, explotó. "En la terminal, esperando a embarcar hacia Inglaterra, estaba triste, pero tranquilo. Al subir al avión, algo me invadió totalmente y no pude aguantar. Se me vino todo encima: ansiedad, agobio, nervios... Cuando ya avanzaba el avión por la pista, le dije a la azafata que tenían que parar, me dijo que era imposible, me senté en el suelo y dejé de ser consciente de lo que pasaba a mi alrededor", cuenta en su libro, 'Controlar lo incontrolable'.
"Tan mal me puse que el piloto dio la vuelta. Frené un avión en plena pista de despegue. Fue un punto de inflexión y mi momento más desagradable, pero tuve ataques peores, solo que nadie estaba allí", añade. "¿Que por qué escribí el libro? Tenía ganas de contar mi historia y explicar todo lo que he vivido para recordar que no somos superhéroes ni nada parecido. Como cualquiera, pasamos por unas vivencias y unas situaciones complicadas y, como tenemos la suerte de poder llegar a mucha gente, creo que puede ayudar que lo contemos", contó en 'El País'.
March 23, 2024
"Ojalá estos casos visibilicen que los deportistas de élite somos personas con los mismos problemas y emociones que cualquiera y que no hay que esconderlo. Creo que va a ayudar sobre todo a las nuevas generaciones para entender que es algo de lo que no deben avergonzarse, que forma parte del ser humano y se puede afrontar, tratar y superar como cualquier otra situación adversa. Hay que normalizarlo y pedir ayuda como con cualquier lesión", ponderó además.
A propósito de situaciones como las de Lamine Yamal o Pau Cubarsí, reflexionó: "Obviamente, si se están dando tantos casos de chavales debutando con 17 y 18 años, 15 en el caso de Lamine, es porque tienen algo especial y es imposible hacer como que ese don no está ahí. Tienen un talento diferencial y se merecen la oportunidad porque trabajan para ello. Si valen, ¿cómo les vas a quitar su sueño? Es muy difícil de controlar. Tienen el nivel, hay una filosofía de club y un entrenador que decide apostar por gente de la casa".
"El Barcelona siempre lo ha hecho, pero, ahora, en esta situación económica, todavía más. Es lógico, pero, entre todos, deberíamos hacer el esfuerzo de no querer ir más deprisa de lo que conviene. Lo que pasa es que es difícil que el Barcelona, por su situación; la Selección, porque son muy buenos, y la prensa, porque venden, echen el freno. Es comprensible, pero, entre todos, deberíamos proteger más a estos chicos para que no les pase lo que a mí. No podemos olvidar que tienen 16 o 17 años. Yo sé lo que es y lo pasé fatal", admitió.
"A mí jugar me hacía feliz, siempre me lo ha hecho, pero todo lo demás... Cuando llegas al mundo profesional, jugar es solo una parte. La gente está viendo que, futbolísticamente, tienes algo diferencial y ya se olvida de tu edad. Da igual, solo cuenta lo que haces en el campo. Estás en pleno proceso formativo como persona y a nadie le importa porque se te juzga como adulto, esta sociedad de la inmediatez lo quiere todo y lo quiere ya", individualizó.
March 21, 2024
"No sé si fueron solo las expectativas las que provocaron la ansiedad, pero, desde luego, influyeron. Después de los partidos, aunque hubiera marcado, me encerraba en mí mismo y me aislaba de todo. Fue demasiado y demasiado deprisa. A los cuatro o cinco meses de temporada, ya empezaron los ataques. Estaba jugando muy bien y cada día eran buenos goles, portadas y protagonismo en todos los lados. Eso, para mí, era un problema porque siempre he sido una persona muy tímida, quiero pasar siempre desapercibido, no me gustan las aglomeraciones", se abrió.
"Cuando asomó por primera vez esta ola de ansiedad, empecé a tener miedo porque nunca sabía cuándo iba a tener otro ataque, cuándo iba a golpearme otra vez esa bola que venía de la nada y no podía controlar. No quería hacer nada ni ver a nadie. Solo estar en casa porque, allí, tenía la tranquilidad de que, si pasaba, nadie iba a verlo", descubrió antes de reconocer que nadie de fuera de su círculo más cercano lo supo y que llegó a odiar la fama.
"Sí, mi cuerpo nunca la toleró. Ni siquiera esas partes que te pueden deslumbrar cuando eres joven. Ser el foco de atención no me gustó ni un día en mi vida, aunque, con el paso de los años, ahora, pienso que hay algo bonito en ella que, ahora, valoro. Gracias a que he sido jugador de fútbol, puedo hacer este libro que puede ayudar a mucha gente. Esto sí que me gusta, pero todo lo demás, aunque entiendo que, desde fuera, puede parecer muy apetecible, para mí, fue un suplicio", desarrolló.
"La ansiedad nunca se domina, pero vas aprendiendo a convivir. Cuando aparece la ola de turno, uno se asusta y esa tensión hace que la ola sea aún más grande. Poco a poco, adquirí el aprendizaje de que, aunque se levante la ola, debes mantenerte sereno entendiendo que va a pasar, te va a empapar, pero no te va a tirar. Cuando logras eso, aceptar que la ola llega y vas a sobrevivir a ella, se va haciendo cada vez más pequeña. Ese ha sido mi proceso al menos", aconsejó.
Sobre si habla directamente con chicos como Yamal o Cubarsí, que quizá necesiten de su diálogo, contestó: "Aún no tengo esa confianza con ellos. Intento no ser invasivo y mantener las distancias, pero, si necesitan hablar de cualquier problema, saben que estoy ahí para ayudar". "¿Si he sido feliz como futbolista? , me ha dado mucho. Ya no te hablo de celebraciones, de goles y de títulos, sino de convertirme en la persona que soy", concluyó.
February 21, 2024