No hubo manera de romper la igualdad en un encuentro en el que Bologna y Torino terminaron fumando la pipa de la paz y repartiéndose el botín que había en juego sobre el verde del Stadio Renato Dall'Ara. Un resultado que deja a ambos satisfechos. No había nada en juego.
En el minuto 18 , Mattias Svanberg abrió la lata en favor de los locales, a los que puso de cara la victoria. Solo quedaba cerrarse atrás o ir a por el segundo: tiempo había.
El balance al descanso era positivo para los 'rossoblù'. Estanam ganando y, aunque la renta no era muy alta, quedaba toda la segunda mitad por delante para aumentarla. Pero no: se cumplieron sus malos pronósticos y se quedaron sin victoria.
Corría el minuto 67 cuando apareció Simone Zaza para poner el tanto del empate. Lo habría celebrado más de haber sabido que iba a ser definitivo.
Y nada, no se esperaba a un ganador claro antes de que la bola echara a rodar al principio, y este pensamiento no cambió con el final. Los entrenadores tuvieron que darse la mano y repartirse los puntos tras un duelo en el que las espadas estuvieron siempre en todo lo alto.