Sufrió de lo lindo el City para doblegar al Wolverhampton en la Copa de la Liga inglesa. Tuvo que eliminarle en una tanda de penalti con dos claros protagonistas: Bravo y Agüero.
El primero atajó dos penas máximas y el segundo le puso la rúbrica al pase con un gran lanzamiento a lo Panenka. Durante el partido, el dominio del City contrastó con las peligrosas contras de los Wolves.
El paradón de Bravo en el minuto 92 reflejó la dificultad y el peligro constante a los que le sometió el equipo de Championship, que dejó a Guardiola sin poder igualar el récord de victorias en un estreno con el City.
Apretaron los 'citizens' en la prórroga, ya con De Bruyne y toda la artillería sobre el terreno de juego, pero aguantó el tipo hasta el final el Wolverhampton, que casi escuchó el pitido final en el área rival.
Ya en la tanda, Bravo se hizo gigante y paró dos de los tres penaltis del Wolverhampton, mientras que los de Guardiola se mostraron letales desde los once metros. Así acabó la rebelión que puso contra las cuerdas al mejor equipo de la Premier.