Hay varios jugadores del Athletic Club con pasado blanquivioleta. Este domingo cuatro futbolistas rojiblancos volverán a la que una vez fue su casa, el José Zorrilla, comandados por un Gaizka Garitano que también sabe lo que es entrenar al Real Valladolid.
El primero de ellos fue Aritz Aduriz. El incombustible ariete del Athletic tuvo un paso fugaz, pero de grato recuerdo por el Valladolid. Su carrera parecía haberse torcido y abandonó el Bilbao Athletic sin siquiera debutar con el primer equipo.
Fichó por el Burgos y llamó la atención del Valladolid, quien a su vez le contrató al verano siguiente. Tras temporada y media en el Pucela, el Athletic Club llamó a su puerta, aunque sus caminos volverían a separarse durante cuatro largos años.
El siguiente fue Yuri, cedido por el Tottenham para el Promesas en la 2009-10, pero quien logró disputar tres partidos con el primer equipo. Fue un año complicado. Mendilibar fue cesado y el equipo acabó descendiendo a Segunda.
Él acabaría volviendo a España, para jugar en el Real Unión de Irún, donde llamó la atención de la Real Sociedad. El resto es de sobra conocido por todos: cesión en el Eibar, fichaje millonario por el PSG y fichaje aún más millonario por el Athletic Club con parte del dinero de Kepa.
Dos años después llegó a Zorrilla Mikel Balenziaga, quien se hizo amo y señor de la banda izquierda del Valladolid en las dos temporadas que militó en el club blanquivioleta. Suficiente para convencer al Athletic, por su siempre limitada capacidad de fichar, de que merecía la pena tenerle de vuelta.
Y el último ha sido el que quizá haya tenido el paso más discreto, con el permiso de Yuri, claro. Hablamos de Asier Villalibre, quien jugó media temporada de la 2017-18 en Segunda.
Esa cesión no funcionó, y la que le siguió en el Lorca la media temporada que restaba, tampoco. Por suerte para él su vuelta al filial si fue provechosa, y a día de hoy es un fijo del primer equipo.
Son muchos reencuentros sobre el césped, pero también los habrá en el banquillo. Gaizka Garitano fue el entrenador del Valladolid durante apenas unos meses, pero lo fue.
Comenzó la temporada 2015-16 en el banquillo blanquivioleta, pero tras solo diez partidos fue cesado, dejando al Pucela en puestos de descenso a Segunda B. Un Pucela a quien un jovencísimo Kepa Arrizabalaga guardaba el arco, por cierto.