Banfield estrenó la temporada de la Copa de la Liga Argentina en casa con una victoria por 3-0 sobre Rosario Central que curó la herida de la derrota a domicilio contra Huracán en la jornada inicial. Facundo Cambeses, que lleva un tiempo siendo uno de los ídolos de los aficionados, regaló un motivo más para su admiración. Cuando los suyos iban ganando por tan solo un gol de ventaja, paró un penalti con una intrahistoria curiosa.
Su compañero Emanuel Insúa, antes de que Carlos Quintana ejecutara el lanzamiento desde los once metros, le dijo, desde detrás de su rival, que debía lanzarse hacia la derecha del delantero, es decir, hacia su izquierda. Lejos de hacerle caso, el cancerbero se mantuvo fiel a su plan, que pasaba por dejarse vencer hacia su derecha, o sea, la zurda de su contrincante, con lo que detuvo la pena máxima usando las dos manos y parte del torso.
Gracias a su acierto, el conjunto local se rearmó de la entereza necesaria para afrontar el resto del partido con calma y firmar 2 dianas más que dejaran clara su superioridad. La primera la había obrado Sebastián Sosa a los 13 minutos con un gran remate a la altura del segundo palo ante un centro de falta. Más adelante, Juan Pablo Álvarez y Jesús Miguel Soraire se encargaron de aumentar la renta hasta su forma final.
El primero de los goleadores protagonizó algunas de las declaraciones más interesantes para los aficionados en zona mixta, donde dijo que entiende "la impaciencia. Es fútbol y convivimos con eso. Trato de tomarlo con tranquilidad". Se refería a la derrota de la primera fecha contra Huracán, sobre la que su arquero ya analizó que uno de los aspectos importantes residió en la capacidad de los locales para cercenar sus transiciones ofensivas.