Mucho tuvo que ver Camilo Vargas en lo que pasó este jueves en el Jalisco. El veterano arquero, aunque con sus movimientos bajo palos parece más un juvenil, volvió a ser el mejor de su equipo para que Atlas aguantase el 1-0 y, después, Quiñones, cuando más duele, diese el golpe final con el 2-0 en el añadido de la segunda mitad. Pachuca salió tocado y casi hundido del feudo 'rojinegro'.
Con el meta colombiano bajo palos, el bicampeonato es más fácil y los de Guadalajara están más cerca de conseguirlo. Los 'Tuzos', impotentes ante la actuación de un cancerbero ovacionado en cada acción, mejoraron su imagen en la segunda parte, pero no fueron capaces de ver puerta y buscarán en casa remontar la final para levantar el cetro doméstico.
Típico de una final son las imprecisiones. No aparecieron ni Atlas ni Pachuca por el arco rival. Agarrotados ambos, este nerviosismo se esfumó con el tanto de Luis Reyes. Comenzó el mismo la jugada: encontró en la derecha a Abella y este, con música, se la puso a su compañero en el corazón del área. Le ganó la partida a la defensa y con un buen testarazo abrió la lata en el Jalisco.
Cuando apenas se le había visto participar, Camilo Vargas se puso la capa en la recta final del primer tiempo, en la que intervino hasta tres veces para que el 1-0 no se moviese al descanso. Le paró dos ocasiones claras a un Kevin Álvarez que soñará con el arquero y en el añadido detuvo a bocajarro un testarazo que iba dentro de Nicolás Ibáñez.
No se rindieron los 'Tuzos', con mejores sensaciones al salir de vestuarios. Decidió bien Guilermo Almada al meter a Fernando Navarro y quitar a Ibarra. Adelantó líneas y la presión surtió efecto ante un Atlas algo perdido y confiado, quizás por el electrónico, sobre todo en la salida de balón.
Sí que dejaron de respirar los aficionados 'rojinegros' cuando Nicolás Ibáñez, tras un zurdazo, mandase el balón al travesaño en el único disparo que superó a Camilo Vargas durante el partido. La madera se puso del lado del guardameta 'cafetero' en lo que estuvo a centímetros de ser el empate.
En cada acercamiento, Camilo estuvo atento y bien posicionado para que no peligrase el 1-0. Dejó con la miel en los labios a Guzmán después de un cabezazo y reafirmó su gran estado de forma. Mejoró y mejoró un Pachuca que en la segunda mitad fue superior al vigente campeón pero que no contó con encontrarse con un auténtico muro entre palos.
Y al final, Quiñones apuñaló el corazón de los 'Tuzos'. Tras una acción individual que saldrá, más pronto que tarde, en un vídeo recopilatorio de las mejores jugadas, sacó un zurdazo que batió por segunda vez en la noche a Ustari y dejó muy encaminado el bicampeonato para Atlas. El estadio Miguel Hidalgo dictará sentencia.