La vacante que dejó Dani Alves en el lateral derecho del Barcelona cuando dejó la Ciudad Condal por la Juventus ha sido muy difícil de ocupar. A lo largo de las últimas temporadas, la dirección deportiva del club ha recurrido al mercado de fichajes o a La Masia para disponer a sus entrenadores de ideas frescas, pero nunca han terminado de salir bien. Con la incorporación de Joao Cancelo cedido del Manchester City, se produce otro intento más de darle estabilidad a la banda diestra azulgrana.
Ha habido pasos fugaces como los de Emerson Royal o Moussa Wagué que incluso puede que los aficionados recuerden solo vagamente. El senegalés costó 5 millones de euros después de destacar con el KAS Eupen en la Liga Belga y, previo paso por el filial 'culé', apenas duró unos meses en el primer equipo de la Ciudad Condal antes de que el cuerpo técnico no viera tan claro ese potencial que sus ojeadores sí vislumbraron en sus primeros cursos como profesional.
El caso de Emerson es parecido, pero no idéntico, pues gozó de bastante más recorrido en la Liga Española. Aterrizó en las filas del Real Betis para granjearse cierto ritmo competitivo en la ahora conocida como LaLiga EA Sports antes de tratar de irrumpir con un hueco interesante en el Camp Nou, pero, por mucho que dibujara una 20-21 interesante en Andalucía, los despachos catalanes no tardaron en exportar su talento al Tottenham Hotspur.
En un trayecto similar, Héctor Bellerín despuntó en sus días vestido de verdiblanco después de un periodo de estabilidad en el Arsenal y, si bien generó bastante emoción en su aterrizaje en el Barcelona, tan solo salió al campo en 7 ocasiones, 5 de ellas de inicio. Sin alcanzar los 500 minutos, se enroló con el Sporting CP antes de volver al Benito Villamarín, donde Manuel Pellegrini le ubicó en su alineación titular contra el Rayo Vallecano en la jornada más reciente.
Otros jugadores gozaron de más oportunidades como azulgranas, pero nunca terminaron de convencer. Véanse los periplos de Aleix Vidal o Nélson Semedo. El español brilló en el Sevilla y se ganó una oportunidad de 3 temporadas que quedó en nada. Nunca acabó de dar forma a una vitola de indiscutible ni con Luis Enrique ni con Ernesto Valverde y se vio obligado a dar un paso atrás que lo llevó al Alavés y, más recientemente, al descendido Espanyol.
El portugués sí que pisó el césped con bastante asiduidad en sus 3 años como azulgrana, pero tampoco convenció y los Wolves confiaron en su talento para sus andanzas en la Premier League. Ahora, el luso forma parte de unos 'lobos' venidos a menos que, este fin de semana, perdieron fuera de casa contra el Crystal Palace. El dueño de su lateral derecho, eso sí, ha encontrado esa continuidad que España no le pudo ofrecer.
Ha habido otras intentonas del Camp Nou no tan ligadas a apuestas en el mercado de fichajes, sino a experimentos con jugadores que ya estaban comprometidos con sus colores. Ahí es donde entran los nombres de Sergi Roberto, polivalente y habitual llave maestra de la zaga 'culé'; Óscar Mingueza, que salió desmejorado de la etapa de Ronald Koeman y, ahora, milita en el Celta de Vigo; Jules Koundé, que ha tenido que acercarse más de lo que le gustaría a la línea de cal, o Ronald Araujo, que cubrió a Vinicius en las semifinales de la Copa del Rey de la pasada campaña.
Quizá merezca un aparte Sergiño Dest, una de las grandes inversiones de las arcas del Barcelona. Tras destacar en el Ajax, costó 21 millones de euros con tan solo 20 años para ocupar el carril diestro azulgrana durante una década si la continuidad hubiera igualado a su potencial, pero no fue así. Acabó cedido al Milan y, ahora, al PSV, donde intentará hacer de su experiencia en Países Bajos la base ideal para demostrar que Estados Unidos también puede generar talento válido para las grandes ligas.