Era un partido de transición más que de trámite. El Barça, tras el esfuerzo de Old Trafford y con la visita del United en el horizonte, alineó a varios pocos habituales y ello se notó sobre el césped.
El conjunto de Ernesto Valverde no cuajó su mejor encuentro y se notó durante varios tramos la falta de sintonía entre algunos futbolistas.
Sin embargo, los 90 minutos en El Alcoraz sirvieron para extraer algunas conclusiones tanto positivas como negativas.
Entre las buenas noticias estuvo el gran rendimiento de Riqui Puig y Jean-Clair Todibo, que se estrenaron en LaLiga con el cuadro azulgrana.
El menudo centrocampista catalán exhibió lo que puede llegar a ser en los 67 minutos que estuvo sobre el césped del estadio oscense. Llevó la manija del equipo y, pese a que necesita mejorar su físico, siempre se ofreció e intentó hacer jugar a sus compañeros.
Por su lado, el central galo fue de más a menos, en gran parte debido a su falta de ritmo en competición oficial. Aun así, se mostró valiente, atento al cruce y siempre saliendo rápido al corte.
Ellos dos fueron las principales luces de una tarde en Huesca que también tuvo sus sombras. Entre las mismas estuvieron Murillo y Aleñá, aunque la principal de ellas fue Kevin-Prince Boateng.
El ghanés, cuatro meses después de su llegada, sigue siendo un fichaje inexplicable y su rendimiento dejó mucho que desear este sábado.
Pasó desapercibido y cuando no lo hizo, eligió siempre mal. Desaprovechó la que puede haber sido su última oportunidad, aunque puede tener alguna más si el Barça sigue viento en popa a toda vela en Europa.
El siguiente duelo será en el Camp Nou ante la Real Sociedad. Allí se espera que haya menos probaturas, aunque en caso de haberlas está bastante claro quiénes han comprado papeletas para volver a tener una nueva oportunidad.