Clasicazo inglés el que se vivió en Stamford Bridge, con un Manchester United en la cuerda floja, a varios puntos de la Europa League y Carrick al frente de un marrón. El Chelsea, sin embargo, no fue capaz de llevarse un encuentro que dominó de cabo a rabo.
Los protagonistas en ataque fueron suplentes. Lukaku y Cristiano salieron en el segundo tiempo y el gol se hizo de rogar. De hecho, pese a los muchos intentos en la primera parte del Chelsea, el 0-0 se mantuvo hasta el descanso.
Hasta entonces, los de Tuchel insistieron con un juego rápido por bandas, especialmente por la de Marcos Alonso. Pero Timo Werner no es Lukaku, y ahí el vigente campeón de Europa notó el bajón de calidad. Mientras, el United solo se dedicaba a proteger su meta.
David De Gea volvió a estar impecable. El cancerbero español sacó varios intentos peligrosos en la primera mitad, incluido un zapatazo de Rüdiger sobre la primera media hora de juego que rozó con la yema de los dedos para desviar al larguero y que se fuera a córner.
Nada más comenzar la segunda parte, el error de la noche: un mal control de Jorginho en la contra de los 'red devils' y un mano a mano en el que Sancho no perdonó frente a Mendy. Al estilo del fallo de Gerrard hace años en aquel Liverpool-Chelsea clave por el título de la Premier.
Mazazo importante para el Chelsea, que prosiguió con su idea. Saltó Cristiano al campo y la fortuna sonrió a los 'blues' en una acción aislada en la que Wan-Bissaka estuvo la mar de torpe. El lateral golpeó a Thiago Silva cuando quería despejar en un córner y Jorginho se fue hasta los once metros.
El especialista italiano no falló y el 1-1 subió al marcador. Lukaku sustituyó a Werner y el Chelsea se vino arriba con varios centros consecutivos al área de De Gea. Córner tras córner y un asedio clarísimo que terminó sin premio para los locales. Rüdiger tuvo la última en el 97' y Carrick rezó por un punto que le mantiene en la pomada.