"Mis compañeros me van a llamar pelota, pero gran parte de la responsabilidad del título fue del míster. Sergio llegó a un vestuario en el que faltaba experiencia, recuperó a jugadores que estaban cedidos y que pasaron a ser clave. En las apuestas nadie metía un euro por nosotros, a medida que fue avanzando el campeonato, la gente pasó a tener respeto por nosotros".
También tuvo tiempo para hablar sobre la prensa española: "Es mejor no leer o ver nada, sobre todo de la prensa española. En los últimos años en el Real viví situaciones que no entendía bien. Ya no estoy para estar en el foco de todos, si quieren hablar de mí, que hablen".
Es una leyenda para el madridismo, pero va por el camino de ser un emblema en el Oporto. No se mojó al ser cuestionado entre la Cibeles o Aliados: "Difícil elegir. Me quedo con el sentimiento de la gente, lo que se vive cuando se celebra un título. Cuando paso por Aliados con mis hijos siempre me dicen: 'Papá, pasamos por aquí con el autobús".
Tiene 37 años, pero sigue dando guerra. Eso sí, Iker Casillas ya tiene en mente qué hará cuelgue los guantes: "De aquí a cinco o diez años me gustaría venir aquí a ver un partido, preferentemente con el Real Madrid, ir a un restaurante y que las personas se acuerden del campeonato. Bueno, mejor del bicampeonato y de la Copa de la Liga, que tenemos que conquistar de una vez por todas".
"Espero, en un futuro, ser embajador de estos clubes o de la selección. Estaré muy orgulloso", finalizó.