Thomas Tuchel hizo rotaciones pensando en los próximos partidos y dejó a jugadores como Mbappé en el banquillo. Cavani hizo pareja con Choupo-Moting y el Girondins aguantó hasta los últimos minutos de la primera parte.
El delantero uruguayo ya había avisado con un remate cruzado que se marchó fuera, pero fue el encargado de asumir toda la responsabilidad desde el punto de penalti y al borde del descanso logró adelantar al PSG.
Sin embargo, el tanto le costó muy cargo al ariete charrúa, que lanzó fuerte y al medio para asegurar, lo que le llevó a notar un pinchazo en la zona trasera del muslo, es decir, en los isquiotibiales.
Al descanso se fue cojeando y con claros síntomas de dolor, por lo que Tuchel no se la quiso jugar y lo sustituyó antes de que comenzara la segunda mitad por Mbappé.
Hace ya unos años, algo similar le ocurrió a Cesc Fàbregas, que transformó un penalti con el Arsenal cuando estaba jugando contra el Barcelona y aguantó cojeando hasta el final.
"Tan pronto como empecé a correr para recoger el balón, el dolor se convirtió en una agonía", llegó a explicar el ahora jugador del Mónaco.