Las cuentas eran claras. Croacia estaba en octavos, y sólo una goleada de Nigeria a Argentina, sumada a la derrota a manos de Islandia, les privaría del primer puesto.
La Selección Islandesa, por su parte, debía ganar, y que Nigeria no lo hiciera. Y, si ganaba Argentina, Islandia debía hacerlo por no menos de un gol menos que los que marcasen los sudamericanos.
Choque de estilos
Así pues, uno podría esperar a una Islandia volcada al ataque, buscando desde el primer minuto el gol de la clasificación, pero esta peculiar selección no es así.
Lo suyo es otro fútbol, menos vistoso, más efectivo que efectista. Quizá aburrido de ver para algunos. Islandia demostró durante gran parte de este partido, una auténtica final a dos bandas, que lo suyo no era llevar la iniciativa.
Islandia se siente muy cómoda defendiendo y contragolpeando. Buscando la espalda de la defensa rival con balones largos. Apretando en busca de un balón parado que permita un centro al área en busca de la superioridad aérea de sus altos jugadores.
Croacia se sintió muy cómoda con el planteamiento de los islandeses. Porque eran como el día y la noche, algo que, curiosamente, se plasmó en sus equipaciones.
El conjunto ajedrezado de los Balcanes se siente a gusto con el balón en su poder. Disfruta moviéndolo y ante Islandia no fue menos. Con este claro planteamiento los minutos fueron pasando, sin grandes ocasiones de peligro.
Partido de menos a más
Quizá lo más reseñable del arranque del partido fue el golpe que le propinó de forma involuntaria Pjaca a Bjarnason, lo que le obligó a ser atendido en la banda de una hemorragia nasal que no cesaba.
Diez minutos estuvo Islandia con uno menos, pero su futbolista pudo reincorporarse, y terminar el partido pese a lo incómodo que tuvo que resultar jugar con semejante golpe en el tabique.
De nuevo con once, Islandia dio un paso al frente, y empezó a meter en apuros a Croacia. Islandia empezó a creer en el pase, y aunque los balcánicos respondían a todas y cada una de las acciones de peligro con una propia, los nórdicos merodearon el gol en más de una ocasión.
Poco le importaba a Croacia ser derrotada, porque la goleada de Nigeria era poco menos que impensable, pero el orgullo es un arma muy poderosa. Croacia llegó a esta tercera jornada sin encajar goles, como Uruguay, y quería alcanzar los octavos como la 'Celeste', con su contador en contra a cero.
El tiempo de añadido de la primera parte fue islandés. Una ocasión tras otra para los nórdicos, abortadas todas ellas por el poco acierto de los chicos de Hallgrimsson, por un providencial Caleta-Car o por un no menos acertado Kalinic, hoy portero en lugar de Subasic.
Argentina ganaba a Nigeria, e Islandia estaba a un gol de clasificarse para los octavos de final. Con esa mentalidad los nórdicos saltaron al segundo tiempo, y durante diez minutos metieron en apuros de nuevo a Croacia.
El peligro de la ansiedad
Pero el destino les dio la espalda. Avisó Badelj en el 52' con un disparo al travesaño, y un minuto más tarde el propio Milan Badelj hacía el 0-1 para Croacia, aprovechándose de un afortunado pase de la muerte de Pivaric que no despejó bien la zaga islandesa.
Tocaba remar contracorriente. Marcar dos goles no es imposible para Islandia, pero sí muy difícil, porque no es lo suyo. Aún así, los nórdicos insistieron, estrellándose una y otra vez contra el muro croata.
También el larguero se interpuso en su camino. Ingason remató el enésimo córner botado por Sigurdsson, pero la madera repelió su testarazo. Eso no minó su moral. Islandia siguió insistiendo.
La mano de la resurrección
Croacia dio, por fin, descanso a Modric, el único de los teóricos titulares que salió de inicio hoy, y el equipo se descompuso un poco. Lo aprovechó Islandia para seguir apretando, y Croacia terminó el partido con tres centrales: entró Lovren en lugar de un tocado Pjaca.
Fue justo Dejan Lovren el hombre que devolvió la esperanza al conjunto islandés. Una mano suya dentro del área propició un penalti que Sigurdsson no desaprovechó. Islandia volvía a estar a un gol.
Pero el esfuerzo les pasó factura a los 'vikingos'. El agotamiento era palpable, y Croacia apuntilló sus esperanzas de remontar metiendo en el campo a Rakitic, pese a estar apercibido de sanción.
Con el croata del Barcelona sobre el campo, en lugar de un Kovacic desfondado, Croacia volvió a manejar los tiempos, y el 1-2 no tardó en llegar.
Sentencia y arreón final
Islandia desapareció del partido a partir del minuto 80, y en el 90' llegó el gol de Perisic que sellaba definitivamente el destino de los nórdicos en este Mundial. Un gol que se celebró con más fuerza que en Croacia en Argentina, pues dejaba el pase de la 'Albiceleste' prácticamente asegurado.
Aún así, buscando fuerzas en donde ya no hay, Islandia volvió a encajonar a base de saques de esquina a Croacia, pero el 2-2 no llegó. Los islandeses cayeron, pero lo hicieron peleando hasta el final. El Valhalla futbolístico les espera, como dicta la tradición.