Las aguas bajan turbulentas por Stamford Bridge. El domingo, el Chelsea volvió a perder un partido, esta vez ante el Everton, y ve cada vez más lejos los puestos europeos.
Pese a la mala situación del club londinense, Reece James planificó una fiesta de Navidad para la plantilla horas después del partido en Liverpool. El resultado, 2-0 en contra, no hizo que el capitán 'blue' suspendiese la celebración, pues la tomó como una manera de hacer unión.
Los jugadores, informó 'The Telegraph', llegaron de Liverpool a Londres y se marcharon al restaurante Bagatelle en Mayfair, en la capital británica, antes de ir al club nocturno Tape.
Pochettino había dado vía libre a la plantilla para la fiesta, incluso después del resultado en Goodinson Park. Eso sí, el tono de la fiesta cambió de celebración a conjura.
El Chelsea, tras 16 jornadas disputadas, se encuentra en la posición número 12 con 19 puntos, a 11 de Europa y a 10 de los puestos de descenso.
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