Un Mundial para abrir el melón de la final

Chelsea y PSG. Dos habituales de la élite europea han tirado de casta, calidad y galones para alcanzar la final del Mundial de Clubes 2025. En el enésimo paréntesis de esta rivalidad, londinenses y parisinos protagonizarán la primera batalla conjunta por la gloria eterna o el lamento efímero.

Precisamente, el todo o nada del MetLife Stadium será el enfrentamiento más trascendental entre 'blues' y 'bleus'. Ya era hora de que ambos midieran sus fuerzas en una ronda que no sea la ya extinta fase de grupos, los octavos de final o los cuartos de final de la Champions League.

El último precedente entre Chelsea y PSG data del 9 de marzo de 2016. El bando que dirigía Laurent Blanc conquistó Stamford Bridge con el 1-2 gracias a los goles de Adrien Rabiot y Zlatan Ibrahimovic. Aquel resultado le coló entre los ocho mejores de la máxima competición continental.

De Drogba a Thiago Silva

Tal es la magnitud de esta rivalidad que hay momentos y autores guardados en la retina. Desde el doblete de Didier Drogba con falta incluida en el 0-3 del 14 de septiembre de 2004 en el Parque de los Príncipes hasta el cabezazo sepulcral de Thiago Silva del 11 de marzo de 2015 en Londres.

El central brasileño, nombre propio de este Mundial de Clubes, sabe qué es vestir ambas elásticas durante su carrera. No pudo colocar a Fluminense en el partido más importante de su historia, pero verá desde un plano diferente esta batalla con los recuerdos partidos por la mitad.

Once años en un instante

El balance de esta pareja es favorable para los franceses con tres triunfos. Tres empates y dos victorias inglesas completan dicho bagaje. El tema es que los que van contra la corriente no sonríen desde el 2-0 del 8 de abril de 2014. Aquel fue el pasaporte a las semifinales de la Champions League.

El Chelsea recordará once años en un instante que le podría dar el Mundial de Clubes 2025. Enzo Maresca deberá superar una nueva tormenta táctica para acabar con la supremacía de Luis Enrique. El verdugo del Real Madrid tiene en su mano ser el mejor de Europa y del planeta fútbol.