Ambos, habituados a debatirse en la Champions, tan solo eran superados en el ránking por el Sevilla. Y los dos, a lo largo de una competición para ellos comenzó el 20 de septiembre, sacaron a relucir los galones.
Victorias claras, remontadas y, por qué no, momentos de apuro y zozobra, jalonaron la andadura de los 'blues' y de los 'gunners', que se plantaron a la postre con solvencia en la final de Bakú.
Tanto Arsenal como Chelsea dominaron con mano de hierro sus respectivos grupos. El equipo de Unai Emery el E y el de Maurizio Sarri el L. Ambos terminaron con 16 puntos tras ganar cinco partidos y empatar tan solo uno.
El gabonés Pierre Emerick Aubameyang, con un doblete, encarriló la primera victoria ante el Vorskla Poltava ucraniano (4-2) y la última en la vuelta de semifinales en Mestalla ante el Valencia (2-4).
El Sporting de Portugal fue el único, en el Emirates, que sacó algún punto ante el Arsenal, que vivió sus mayores complicaciones en dieciseisavos y octavos ante el Bate Borisov y el Stade Rennais, frente a los que perdió en sus campos (1-0 y 3-1) y tuvo que remontar en casa. No obstante, lo hizo con rotundidad con sendos 3-0.
Aunque teóricamente la exigencia era mayor en cuartos y semifinales ante el Nápoles y el Valencia, el Arsenal demostró su potencial amparado en el gran momento de sus delanteros. Ganó los cuatro partidos, en la ida en las dos rondas en Londres y en la vuelta en San Paolo y Mestalla.
El Chelsea comenzó su andadura en Salónica. El brasileño Willian puso la primera piedra. Anotó el tanto del triunfo inicial del bloque de Sarri. A partir de ahí también sucesión de victorias salvo en el último encuentro en Szekesfehervar ante el Vidi, en el que Olivier Giroud salvó el 2-2.
Mucho más contundente fue el Chelsea en dieciseisavos y en octavos. El Malmo y el Dinamo Kiev sucumbieron sin contemplaciones. Los 'blues' encarrilaron la ronda inicial en Suecia y la segunda en casa por un claro 4-0 que remató en Kiev con otro aún más contundente 0-5.
El verdugo del Sevilla, el otro gran favorito, el Slavia Praga, confirmó su condición de revelación, aunque el Chelsea salió airoso de la ida, en la que ganó 0-1 con gol del español Marcos Alonso.
En la vuelta el Chelsea, al amparo de un doblete de Pedro, un tanto de Giroud y un autogol de Deli, lo vio fácil, pero el Slavia forzó la máquina y soñó con una nueva sorpresa, aunque se quedó en un 4-3 que clasificó al bloque londinense.
Más apuros pasó ante otro de los equipos sensación, el Eintracht. 1-1 en Alemania y en Stamford Bridge. La resolución tuvo que llegar en los penaltis.
Ahí emergió el portero español Kepa Arrizabalaga para tomarse una revancha personal. Falló primero su compatriota César Azpilicueta, pero el ex meta del Athletic fue clave. Detuvo los lanzamientos de Hinteregger y Paciencia y el Chelsea firmó su retorno a una final europea.