Cuatro partidos completos en las tres últimas campañas entre los tres clubes en los que ha jugado en este periodo -Real Madrid, Villarreal y Valencia- reflejan un periodo negativo, marcado por la irregularidad, los problemas físicos y la falta de continuidad.
El actual jugador del Villarreal lleva jugados desde el inicio de la campaña 2015-16 64 partidos de los 154 encuentros que podría haber jugado, tras haber sido habitual en las alineaciones del equipo castellonense en la campaña 2014-15, en la que marcó siete goles.
Esa buena campaña le llevó a regresar al Real Madrid por expresa petición del técnico Rafa Benítez, pero tras no jugar fue cedido al Valencia en la segunda mitad del campeonato, y, en el club de Mestalla, también tuvo problemas físicos.
Cheryshev tuvo que pasar por el quirófano para restañar una tendinopatía en el recto femoral de la pierna derecha, lo que le dejó cinco meses en el dique seco. Llegó lesionado al Villarreal y no pudo jugar hasta el mes de octubre, para dejar de hacerlo en noviembre, y volver al quirófano en mayo para solventar una fibrosis septal en la misma pierna.
En la temporada que ahora concluye alternó molestias y problemas con las dudas de su técnico, Javier Calleja, que nunca le dio continuidad en el once del equipo amarillo. Esas dudas hicieron que estuviera a un paso de salir del club en el mercado invernal al darse la posibilidad del regreso de Alfonso Pedraza.
La operación no cuajó, por lo que el futbolista tuvo la oportunidad de jugar en la segunda mitad del campeonato recién concluido. Su protagonismo creció, lo que le permitió coger el ritmo necesario para estar en el Mundial a pesar de las dudas que había sobre la posibilidad de que estuviera en Rusia.
Ahora, tras tres años de peripecias, Cheryshev es el primer protagonista de la cita mundialista con dos goles. Ocho goles en los 64 últimos partidos contrastan con los dos del debut en el Mundial, el veinticinco por ciento de los conseguidos con anterioridad.