Un auténtico partidazo en Turín. El campeón y el segundo clasificado del torneo anterior se medían en un encuentro que ya prometía antes del inicio. Y así fue. El Nápoles, que llegó a igualar el 3-0 inicial, se encontró con el autogol de Koulibaly en los minutos finales, lo que acabó siendo su sentencia.
Tras el pitido final y tras conocer que su error había costado puntos al equipo, Koulibaly quedó destrozado sobre el césped. Tras reponerse, el zaguero se dirigía al túnel de vestuarios cuando se encontró con un lesionado Chiellini.
Con muletas por su grave lesión, el veterano futbolista italiano quiso ofrecer su apoyo a su rival. Curtido en mil batallas y conocedor de los sentimientos que navegaban por la mente de su adversario, Chiellini dio una clase de señorío en Turín.
Una bonita estampa la que dejaron ambos jugadores sobre el terreno de juego. Un ejemplo de deportividad por parte del 'bianconero'.
31 de agosto de 2019