En el fútbol hay muchas manías y supersticiones: entrar al campo con el pie derecho, santiguarse, incluso los hay que llevan alguna estampita escondida en la espinillera.
Pero ninguna como la que se vio antes del comienzo del partido entre Huracán y San Martín de Tucumán. Cristian Chimino apareció en el césped con un pequeño bidón lleno de agua bendita.
El zaguero la roció en las dos porterías para intentar invocar la ayuda divina en favor del 'Globo'. Luego le dio la botella a un recogepelotas, para que repitiese la operación en el descanso. El resultado no fue bueno: derrota por 3-1.
10 de marzo de 2019