El periplo comenzó en 2013. Aquel verano dejó la Ciudad Condal para poner rumbo a la Premier. La llegada de Neymar le cerró las puertas de la titularidad y decidió dar un paso atrás buscando protagonismo en el Everton, equipo al que llegó como cedido.
Terminó la temporada y Gerard volvió a Barcelona, protagonizando inmediatamente otra nueva operación. El Sevilla le ofreció cobijo y minutos y él no dudó. Reptiendo el movimiento de la temporada anterior, cambió de camiseta mediante otra cesión.
Cuando terminó su año como sevillista, 'Deulo' dio el que parecía ser un paso definitivo en su carrera y se desvinculó por completo del Barça con un fichaje por el Everton a título definitivo. No obstante, no iba a llegar la calma tan temprano para él.
Tras una temporada y media de luces y sombras, el Everton le cedió al Milan durante un medio año en el que volvió a sentirse importante y dejó grandes actuaciones. Tal fue su rendimiento que el Barcelona se dispuso a recuperarlo. Para ello le pagó 12 millones al Everton.
La operación le llevó de nuevo a Barcelona, el cuarto equipo por el que pasaba desde que salió en 2013. Regresó como el jugador que no consiguió un sitio en su juventud pero ya estaba dispuesto a quedarse, pero tan solo disfrutó de seis meses como jugador azulgrana.
En el ecuador de la última temporada, el Barcelona le cedió al Watford. Ernesto Valverde no estaba demasiado convencido con él y la llegada de Coutinho le cerró totalmente las puertas, por lo que el destino le volvió a llevar a Inglaterra.
Ahí, tras medio curso ensuciado por una lesión que le tuvo 'k.o.' mes y medio, logró hacerse un hueco y dejar a los 'hornets' con ganas de más. Javi Gracia convenció a la directiva para que apostara por él y ya le tiene, a título definitivo, en el club, su quinto club desde que le dijo adiós al Barça por primera vez.