El técnico español será el que más palos se llevará. Puede que incluso le cueste el puesto el próximo verano. Sus cambios incomprensibles tanto en la ida como en la vuelta y su falta de ambición en la eliminatoria le señalan. El cambio final de Lass por Mbappé no hay por donde cogerlo.
Verratti, por su parte, se la jugó a su equipo. Tuvo una reacción muy pueril para protestar cuando ya tenía una amarilla y dejó la empresa de la remontada muy complicada. El Madrid vencía 0-1 cuando se borró con su segunda amarilla. Algo impropio de quien quiere ser un jugador de primera fila.
Dani Alves se llevó la palma en cuanto a fallos sobre el terreno de juego. Sus lagunas atrás fueron una gran rémora. Su absurda pérdida de balón en el 0-1 minó a sus compañeros. El feo gestejo pegándole un moco a Cristiano Ronaldo completaron su aciaga noche.
En cuanto a Kylian Mbappé, se le esperaba como agua de mayo. En él se ponía el foco ante la ausencia de Neymar. Debía ser, junto a Di María, quien revolucionara los ataques. Además, en las pocas ocasiones que tuvo se mostró impreciso o individualista.
Su compañero Cavani marcó, pero tampoco dio la talla. De hecho, el tanto fue un rebote afortunado. Se perdió en peleas y protestas, muchas de ellas fruto de su impotencia en el duelo.