El Colombia-Nueva Zelanda de los octavos de final del Mundial Sub 20 dejó una de las circunstancias más curiosas del torneo. Con 1-1 a lo largo de 120 minutos, todo tuvo que solucionarse desde el punto de penalti.
Prácticamente fuera del torneo tras errar los dos primeros lanzamientos de la tanda, el VAR ayudó al conjunto colombiano haciéndole repetir a los de Des Buckinham el que era el 3-0.
Al volver a lanzar, Nueva Zelanda falló y dio paso al 2-1. Una guerra psicológica que empezó entonces y que acabaron ganando los colombianos, que remontaron gracias a la actuación de su portero.
Un hecho que los jugadores describieron tras el choque como un "milagro" y que los clasificó para la siguiente ronda, donde se medirán al vencedor del Ucrania-Panamá.
2 de junio de 2019