Sonny Hosne era un trabajador social holandés que, con el objetivo de ayudar a los niños más necesitados, creó un equipo formado por jugadores procedentes de Surinam en Amsterdam.
El equipo se llamó Colourful XI y petendía ser un vehículo por el cual ayudar a niños con problemas de exclusión social y apartarlos de los peligros de vivir en la calle. En junio del 89, Hosne organizó un partido amistoso contra estrellas del fútbol.
Estrellas holandesas del momento como Ruud Gullit, Frank Rijkaard o Aaron Winter habían accedido a participar en dicho encuentro. Sin embargo, se toparon con la negativa de la KNVB que denegó el permiso a sus futbolistas.
Tampoco accedieron clubes como el Milan, equipo en el que jugaban Gullir o Van Basten. El único que hizo oídos sordos a la prohibición de su club, el Ajax, fue el portero Menzo. Éste viajó a Paramaribo, escenario en el que se celebraría el encuentro, por su cuenta.
Finalmente, el partido reuniría a jugadores de Surinam y a jugadores profesionales pero de menor nivel de clubes holandeses como el Willem II, Twente o Harleem. Todos ellos se montaron en el vuelo de Surinam Airways que despegaría desde Ámsterdam.
Las condicIones meteorológicas no eran las mejores para realizar el vuelo y, así, 20 minutos antes del aterrizaje el piloto recibió un aviso mateorológico. La niebla era muy densa y la visibilidad muy reducida.
Piloto y copiloto decidieron poner en marcha el sistema ILS para aterrizajes con condiciones meteorológicas adversas. El problema fue que dicho sistema dio informaciones erróneas.
De pronto una de las alas del avión impactó contra un árbol que no habían visto a causa de la niebla y los errores del ILS y, segundos después, el otro ala sufrió el mismo contratiempo. 187 personas viajaban a bordo del McDonnel Douglas, murieron 178.
Del Colourful XI murieron 15 futbolistas y sólo 3 sobrevivieron al fatal accidente. De ellos, sólo Radjin de Haan pudo volver a jugar al fútbol pero sin éxito debido a las secuelas del accidente sobre su columna vertebral.
Los otros dos, Edu Nandlal y Sigi Lens, no pudieron volver a pisar un terreno de juego por las graves lesiones a causa del accidente. Pudieron volver a caminar y hacer vida normal, pero debieron abandonar el fútbol.
El destino había repartido suerte dispar entre los integrantes del Colourful XI. Edu Nandlal sobrevivió porque le cambió el asiento a Jerry Haatrecht, que ni siquiera debía estar en el vuelo. Jerry viajó en sustitución de su hermano que no recibió permiso de su club, el Heerenveen.
Además, Nandlal no llevaba el cinturón en el momento del accidente, lo que paradójicamente le salvó la vida. Fue rescatado por un compañero de su etapa escolar que viajaba en el mismo avión.
La investigación reveló varias irregularidades en relación al piloto del vuelo. La normativa de Surinam no permitía a pilotos de más de 60 años ponerse a los mandos de un avión. El piloto tenía 66 en aquel vuelo, además de haber sido suspendido poco tiempo antes.
En el funeral oficiado en nombre de los fallecidos intervinieron dos de las estrellas que finalmente no estuvieron presentes en aquel vuelo, Gullit y Rijkaard, que evitaron la muerte por la negativa de su club...