Sin tiempo que perder, el Bayern de Múnich se abalanzó sobre el Fortuna Düsseldorf, tratando de imponer su ritmo vertiginoso desde el inicio para finiquitar por la vía rápida el asalto al Espirit Arena.
Apenas se había cumplido el primer cuarto de hora, cuando Kingsley Coman abría el marcador. Un zarpazo cargado de redención, tras una semana marcada por su polémica con Lewandowski.
El extremo francés, ávido de reivindicación, se echó al equipo a la espalda y abanderó la ofensiva visitante con vehemencia, tratando de corresponder a la confianza de Kovac tras su incidente.
Días después de acabar a puñetazos con Lewandowski durante un entrenamiento, Coman firmaba su doblete en la recta final del descanso que consumaba el perdón de su afición.
Una magistral asistencia de Kimmich acabó en el fondo de las mallas del Fortuna Düsseldorf, que apenas si podía sacudirse las embestidas de un Bayern imponente desde el arranque del encuentro.
El paso por vestuarios no hizo si no alimentar la voracidad del conjunto visitante, que subió una marcha más para firmar el 0-3 y abrochar los tres puntos que le devuelven al liderato de la Bundesliga.
Serge Gnabry envió a la lona al cuadro local, aprovechando un balón muerto en boca de gol. El centrocampista alemán no perdonó y puso patas arriba el Espirit Arena, sobrepasado por el aluvión.
Dodi Lukebakio logró maquillar el resultado en los últimos compases del encuentro, pero Leon Goretzka cerró la goleada con el 1-4 justo antes del silbido final.
El Bayern de Múnich recuperó la primera plaza del campeonato doméstico y sigue dependiendo de sí mismo para revalidar el título, pese a que el Borussia no falló y se mantiene al acecho.
Sin embargo, la mala noticia de la jornada en Baviera la protagonizó Manuel Neuer, que tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 53 con fuertes gestos de dolor.