Arrancó el conjunto alemán con alegría, queriendo exhibir su personalidad sobre el terreno de juego para domar a un club inglés al que le costó engrasar la maquinaria en el Bank of America Stadium.
Merced al paso de los minutos, el Liverpool se fue sacudiendo la voracidad inicial de su rival, hasta imponer su ritmo de juego y llevar la voz cantante en esta primera jornada de la International Champions Cup.
Más allá del error de Karius que recordó al de la final de la Champions, el conjunto 'red' exhibía cierta fragilidad defensiva que Van Dijk se encargó de enmascarar con un cabezazo a la salida de un córner.
El mazazo del holandés noqueó a un Borussia Dortmund, que miraba el cronómetro para llegar vivo al vestuario. Sin embargo, la reanudación sentó mejor a los de Klopp, que subieron dos marchas al partido.
A lomos de Keita, el Liverpool comenzó a asediar a los alemanes, que apenas si podían contener las galopadas para tratar de trazar alguna contra con peligro que hiciese recular a su rival.
Un larguero de Ojo dio paso a un carrusel de ocasiones desperdiciadas, que dio alas a un Borussia que se encomendó a Christian Pulisic para capear el temporal y darle la vuelta al resultado.
El delantero norteamericano no falló ante su gente y provocó el penalti que el mismo marcó, para minutos más tarde firmar el 1-2 y, ya sobre la vocina, propiciar el tercero con una excelsa diagonal.
Dominó, mandó y marcó, pero perdió un Liverpool que sufrió la voracidad de un Borussia Dortmund que se movió en el Bank of America de Charlotte como Pulisic por su casa.