Jordi Gómez es uno de esos futbolistas que se ha curtido en el mundo del fútbol. Arrancó su carrera muy pronto en el Barça B, hasta que tuvo la oportunidad de debutar con el primer equipo 'culé' en enero de 2006, en un duelo de Copa del Rey ante el Zamora. Sustituyó a Motta.
El centrocampista, dos años después, fichó por el Espanyol, donde no cuajó del todo y optó por salir al Swansea City. Allí brilló y se ganó la oportunidad del Wigan Athletic, donde más partidos ha jugado (178). Una aventura en México con Querétaro, Sunderland, Blackburn Rovers o Rayo Vallecano, en 2017, fueron algunas de sus apuestas antes de iniciar una trayectoria algo más exótica.
Primero fue el Levski Sofia y, por último, este Omonia Nicosia de Chipre, donde ahora juega y en el que tiene por delante un reto más que ilusionante en esta recta final de su carrera.
El club se mide al histórico Estrella Roja en la tercera ronda clasificatoria de la previa de la Champions League, que busca candidatos para acceder a la fase de grupos.
Una competición que nunca ha llegado a disputar y que sería un broche de oro. Sí disfrutó de la Europa League en el pasado con aquel Wigan Athletic de Owen Coyle.