Sin Messi ni Luis Suárez, era el día para el francés. Tenía que dar un paso al frente en su primer encuentro oficial ante el Camp Nou. Y no defraudó el campeón del mundo, que convirtió el susto de Fekir con el 0-1 en una fiesta a los 51 minutos de juego.
Griezmann se había estrenado como goleador en el minuto 41. Pero era el 1-1, había que seguir remando, así que no hubo nada de celebración. Cogió rápido el balón de las mallas y a sacar de centro en busca del triunfo.
El segundo fue otra historia. Puso al equipo azulgrana por delante y, además, merced a un maravilloso tiro de zurda al segundo palo que puso en pie el Camp Nou. Y ahí comenzó el show que había preparado.
Se fue tras la portería del Betis, se puso delante de la grada de animación y un socio con el que se había aliado le dio un puñado de confeti. Lo tiró al aire mientras elevaba los brazos y la gente le aplaudía.
Luego hizo uno de sus bailecitos. ¿Gustó? A Leo Messi y Luis Suárez parece que sí, puesto que reían abiertamente tras ver lo que acababa de ocurrir.
Sin duda, un primer día soñado para disputar el primer encuentro en casa, que llevaba añadida la duda de cómo le recibirían en el Camp Nou. A base de goles, todo queda olvidado.