"No soy un soñador, sino una persona realista. Sé que he dejado atrás mis mejores años y que no volveré a jugar como profesional". Son las palabras de Tim Wiese, un portero que lo tuvo todo, pero que dejó el fútbol hace prácticamente un año -anunció su retirada el 17 de septiembre de 2014-, harto de la presión que tuvo que soportar en su último club, el Hoffenheim, al que llegó como estrella y en el que ya empezó a forjar su actual cuerpo de culturista.
Wiese, suplente de Neuer en el Mundial de Sudáfrica y brillante portero del Werder Bremen durante casi 200 partidos, había firmado en 2012 por el modesto equipo alemán, que se había convertido en una de las revelaciones de la Bundesliga, pero no pudo responder a las expectativas. "Cuando empezó a perder el Hoffenheim parecía que siempre era mi culpa. A pesar de mi confianza y experiencia, nunca había afrontado una situación similar. Incluso llegó a haber una protesta en las oficinas del Hoffenheim contra mí. Era como estar en una película de terror. La presión era inhumana. No podía jugar libremente”.
Entonces, tomó la decisión de alejar la presión haciendo pesas, hasta que el gimnasio se convirtió en una afición mucho más grande que el fútbol. “Tuve que sacar todos los problemas del Hoffenheim de mi cabeza y lo hice de esta manera. Traté de sacar todas las energías negativas", explica. Poco antes, cuando se cuerpo estaba empezando a tomar la forma que tiene hoy en día, se atrevió a bromear con su aspecto -"pronto seré tan ancho que ninguna pelota pasará"-, pero, antes de que se diera cuenta, ya no podía actuar de portero. Su musculado cuerpo había perdido agilidad y reflejos.
Esa fue la excusa que dio el Hoffenheim para liberarle en enero de 2014. Ya no encontró más equipos en su carrera y su cuerpo se iba adaptando a la nueva vida deportiva que comenzaba entonces y que todavía no reconocía. "No quiero estar en un campeonato de físicoculturismo. Solo quiero disfrutar y divertirme”.
Meses después, sin embargo, aceptó una oferta de la WWE para ser luchador de 'pressing catch'. “Tengo una petición oficial de la WWE. Es un compromiso de mi parte para convertirme en un luchador profesional. Voy a escuchar todo y veré los logros que puedo obtener. No tengo miedo”. Como para tenerlo: en dos años ha engordado más de 20 kilos... de músculo.