El Tottenham-Rennes, que se tendría que haber jugado la semana pasada, se tuvo que suspender debido al brote de COVID-19 en el equipo inglés, que también obligó a aplazar el partido de este fin de semana contra el Brighton & Hove Albion.
Esta suspensión originó la posibilidad de que se le diera el partido por perdido al cuadro 'spur', lo que supondría su eliminación de la competición europea, ya que necesitan una victoria para acceder a la siguiente ronda. En el sorteo de este lunes, sin embargo, se les incluyó en el bombo junto al Vitesse.
"Queremos jugar. Creo que nos lo merecemos. Es una situación extraña porque no pudimos jugar, pero no fue nuestra culpa. Fue un problema gordo porque el Gobierno decidió cerrar nuestro centro de entrenamiento y parar durante tres días nuestras sesiones de entrenamiento", dijo Conte en rueda de prensa.
"Por eso no jugamos, no por otra razón. No tenemos la culpa de lo que ha pasado. Nos merecemos poder jugar el último partido del grupo e intentar clasificarnos para la siguiente ronda", añadió el italiano.
El Tottenham volvió a los entrenamientos este domingo con un pequeño grupo de jugadores, muchos de ellos del filial. "En el entrenamiento, hemos tenido 16 del primer equipo y jóvenes", apuntó Conte.