La Copa África de 2022 pasará a la historia por ser un torneo con una gran carga de curiosidades y anécdotas. El COVID-19 afectó inevitablemente al arranque de la competición y luego provocó situaciones curiosas como la vivida en el Camerún-Comoras, cuando un defensa del modesto equipo isleño tuvo que ponerse los guantes para defender la portería de su país con cierta solvencia durante los 90 minutos.
La actuación arbitral fue controvertida desde el inicio, cuando en el transcurso del Túnez-Malí el árbitro zambiano Janny Sikazwe pitó por dos veces el final del partido antes de tiempo. Un descontrol que otros colegiados también han hecho evidente en varios partidos posteriormente. Sin ir más lejos, el Senegal-Cabo Verde, en el que los favoritos se clasificaron a cuartos de final tras la expulsión de dos rivales, estuvo igualmente rodeado de gran polémica y dudas a la hora de analizar en vídeo las jugadas polémicas.
Tras esta doble expulsión, en BeSoccer Pro hemos echado la vista atrás para comparar esta Copa África con los otros grandes torneos de selecciones y con pasadas ediciones de la misma. Y el análisis confirma que la actual edición del torneo africano está resultando mucho más dura. Hasta 12 tarjetas rojas se han mostrado cuando todavía faltan diez partidos para la conclusión de la cita, por lo que es de esperar que la cifra aún aumente conforme haya más en juego para las selecciones.
La cifra de expulsados duplica ya la acumulada en la pasada Copa América -seis, aunque en solo 28 partidos- y en la última Eurocopa -seis en 51 partidos-, y triplica la sumada al término de la última Copa Asia -cuatro en 51 partidos-. Una diferente vara de medir que no ha sido una seña de identidad de la Copa África en las últimas ediciones. De hecho, en 2019 solo se mostraron cinco cartulinas rojas, una cifra incluso inferior en 2017 -una en todo el torneo- y 2015 -dos-.
El videoarbitraje, clave
La introducción del videoarbitraje desde el arranque de la competición ha sido clave para que varios futbolistas hayan acabado en las duchas antes de tiempo. De las 12 rojas mostradas en Camerún, seis han sido señaladas tras la revisión del colegiado en la pantalla. Además, en otra, la vista por El Bilal Touré en el Túnez-Malí, el colegiado recibió un aviso para que enmendara su decisión y decidió no hacerlo tras volver a ver la jugada.
De las cinco expulsiones restantes, cuatro fueron por doble amarilla y una más la indicó el colegiado a la conclusión del Gabón-Ghana, después de que Benjamin Tetteh iniciara una tangana al golpear a Boupendza. En cuanto ha habido jugadas dudosas, la intevención del VAR se ha mostrado decisiva para que hayan aumentando las tarjetas rojas, incluso en jugadas analizadas con excesivo rigor.
January 26, 2022
Y es que el análisis con pasadas ediciones del torneo confirma que los árbitros han puesto el listón muy bajo en la presente Copa África. En 2019, un torneo que se desarrolló sin videoarbitraje hasta los cuartos de final, hubo 1.905 faltas y solo cinco expulsiones, por lo que se mostró una tarjeta roja cada 381 infracciones. En 2017, apenas un jugador africano vio la roja a lo largo de toda la competición, para lo que hubo que esperar que se produjeran un total de 1.206 faltas. Las dos rojas de 2015 llegaron tras 1.111 faltas, por lo que hubo una expulsión por cada 556 infracciones.
En este enero de 2022, los colegiados se han mostrado mucho más meticulosos. El aumento en las tarjetas rojas no ha provocado un incremento de las faltas y sí un notable descenso en lo que a permisividad arbitral se refiere. Por cada 109 infracciones, los colegiados de la Copa África han mostrado una roja. Una cifra que no va en consonancia tampoco con el número de interrupciones, pues la actual está siendo la edición con menos infracciones por partido de las cuatro últimas (31.07 faltas por partido, frente a las 36,63 de 2019, las 37.68 de 2017 y las 34.71 de 2015).
En un mundo del fútbol cada vez más globalizado, lo ocurrido en esta Copa África está cobrando mucha más repercusión en el resto de continentes y se espera que el interés en el torneo vaya en aumento a lo largo de la próxima década. De cara a equipararse con el resto de campeonatos de selecciones, la CAF debe aumentar la exigencia en varios de sus estamentos y uno de los más señalados en esta edición ha quedado claro que es el arbitral.