El de Correa fue un golazo que vale tres puntos, que aumenta la ventaja (puede que temporal) sobre el tercero y que confirma la buena línea del Atlético de Madrid. Desprovisto de trofeos que ganar que no de objetivos: nunca un equipo deja de evolucionar.
El Atleti ganó a un Valencia que fue a menos pero que a cada golpe del equipo del Cholo respondió con empaque, grandeza y fútbol. No se recobró del último, el de Correa. 'Angelito' retrasa lo inevitable, el nuevo título liguero del Barcelona. Los de Valverde podrían saltar al campo la próxima jornada siendo campeones.
No lo fue desde el sofá de su casa este miércoles porque el Atlético se llevó un triunfo de prestigio ante el equipo de moda. Echó de menos el Valencia la mejor versión de Guedes y la clarividencia constante de Parejo. A tirones no se le puede ganar al conjunto de Simeone.
El Atleti fue un huracán al comienzo. Llevó las riendas Lemar, muy activo y atinado con el balón. Una apertura suya le llegó a Juanfran, que con precisión la puso al segundo palo. Por allí moraba Morata, que remató a lo Fernando Torres para poner el primero. Nueve minutos mostraba el marcador.
El gol le cortó el rollo al Valencia, anudado y desnortado durante un rato. Morata y Griezmann bordearon el segundo. Hiperactivo Lemar, el Valencia apenas salía de su campo. Pasa que tiene delanteros que pican como abejas, como Mina, Gameiro y Soler.
Soler la metió a Mina, la defensa se enredó pidiendo un fuera de juego inexistente y Gameiro, solo, embocó a gol. Casi ni lo celebró, quizá no tanto porque se tratara de su ex equipo como porque no se esperaba que fuera tan fácil. El VAR tardó medio segundo en comprobar que no había fuera de juego.
Llegaron entonces los mejores minutos de Guedes, que puso varios centros de calidad, sin rematador. Empezó mandando el Valencia, se repuso el Valencia.
Mismo guion tras el descanso y Griezmann devoró a Gayà para rematar de cabeza una buena jugada colectiva. Nuevamente el Atleti le puso el sello al balón y ofreció más sensación de peligro que su rival.
Un balón aparentemente inofensivo pegó en Saúl, no obstante, y el VAR dijo que había penalti por mano. Bala que no desaprovechó Parejo desde los once metros. La rozó Oblak con los dedos. El alirón sobrevolaba el ambiente. Oblak tuvo que sacar la capa otra vez.
Pero no quiso Correa asistir a celebraciones ajenas y recogió un envió de Thomas para colocarla de forma silenciosa y venenosa a la izquierda de Neto, impotente ante su disparo. El Atleti gana al Valencia, que tendrá que remar para la cuarta plaza. El Barça será campeón, pero el Atleti no tiene prisa.