Noviembre se ha convertido en un mes negro para el Celta desde el año 2018. El equipo celeste ha entrado en una curiosa espiral según la cual el técnico que salva al equipo una temporada termina siendo destituido la siguiente siempre a la misma altura del campeonato.
Eduardo Coudet dejó un buen sabor de boca con su papel en la 2020-21, pero las cosas se han torcido de nuevo con un flojo inicio de campeonato al menos en lo que a puntos se refiere. Y a pesar de los apoyos de la crítica y del público, el técnico está en el disparadero.
Este mes puramente otoñal se ha llevado ya por delante tres técnicos de manera consecutiva en Vigo. Todo arrancó en la 2018-19, cuando la apuesta de Antonio Mohamed no dio sus frutos. El entrenador duró hasta el 12 de noviembre, cuando fue reemplazado por un Miguel Cardoso que tampoco salvó al equipo.
Fran Escribá fue el héroe de última hora y también, por su buena labor, el elegido para encabezar el proyecto de la 2019-20. No arrancaron igual que acabaron en la anterior campaña las cosas y, por eso, en cuanto llegó noviembre, en Vigo se planteó un cambio de rumbo. Llegó el más ofensivo Óscar García Junyent, un técnico que se hizo cargo del equipo el 4 de noviembre y que terminó la campaña con la salvación, aunque más por demérito de los rivales que por su buen hacer: el Celta no ganó ninguna de las últimas cinco jornadas.
Óscar recibió el visto bueno para arrancar la 2020-21, pero, de nuevo, todo se torció en el arranque y, sí, llegó noviembre y con él una nueva destitución. El 9 de noviembre, el técnico catalán era despedido en el Celta y, el 12, el equipo celeste nombraba al 'Chacho' Coudet nuevo entrenador.
A diferencia de su predecesor, el Celta acabó muy bien el curso y llegó a coquetear con una clasificación europea que no quedó del todo lejos. Por ello, había grandes esperanzas en este recién comenzado curso 2021-22. Tras nueve jornadas, el Celta afronta la décima con solo siete puntos y con el argentino en el disparadero. Aún hay fe y esperanza en que el Chacho pueda darle vuelta a la situación, si bien la llegada de noviembre hace que todos se echen a temblar por lo que se ha convertido en un mes negro para los entrenadores en Balaídos.