Las cosas han cambiado mucho en el Bayern de Múnich. Los alemanes gastan lo justo cada mercado, donde siguen siendo indiscutiblemente el terror de toda la Bundesliga.
Mucho joven, oportunidades (como Nübel, que irá gratis) y solo grandes desembolsos por jugadores contrastados, caso de Lucas Hernández, por el que pagaron 80 millones de euros.
Se distancian aun así de esos grandes traspasos de más de 100 millones de euros cada vez más habituales, pero siguen disfrutando de algunos de los mejores del mundo con un giro de tuerca cada vez más habitual: las cesiones.
Álvaro Odriozola ha sido el último en llegar al conjunto bávaro por esta vía, aunque el español va sin opción de compra. Antes, en verano, llegaron Ivan Perisic (préstamo por cinco millones y opción de 20) y Philippe Coutinho por 8,5 y una cláusula de fichaje de 120 millones que no ejercerán.
La práctica se está haciendo poco a poco más habitual en un Bayern que empezó a hacerlo con James Rodríguez, por cuya cesión pagaron 13 millones de euros, con una opción de compra de 42 que tampoco efectuaron.
Eso sí, tanto por el lado del Bayern como por el de aquellos que directamente especulan con las cesiones, esta práctica podría estar muy cerca de su fin. O al menos de una manera tan alegre.
Hay que recordar que la FIFA, como apuntaba Ramón Fuentes en 'Sport', tiene previsto limitar el número de préstamos a partir de la temporada que viene. Serán ocho en total en operaciones internacionales (tanto de entrada como de salida) el próximo curso.
La regulación será cada vez más estricta hasta llegar a seis en la temporada 2022-23, tanto en el propio país como en fichajes extranjeros. Una manera de encauzar las cesiones a su objetivo original: la formación.