La jugada no dio petróleo, acabó en saque de esquina. Sin embargo, permitió volver a medir que el central del Barça se encuentra en un estado de confianza brutal, por ello se atreve a cosas impropias de un defensa pero que siguen estando a su alcance.
En sus mejores años ya acostumbró a ello, pero en las últimas temporadas no se había atrevido tanto. Sergi Gómez, central de Machín, de pronto se vio defendiendo un uno contra uno. De central a central, aunque Piqué pareció más bien un delantero brasileño.
Antes de entrar en el área, el barcelonista, que conducía con la derecha, efectuó un regate hacia fuera. El jugador del Sevilla no lo vio venir, aunque no perdió la posición del todo.
No vio Piqué opción a disparar, por ello dibujó un segundo. También entró al trapo el ex del Celta, pero no se vio cómodo con el balón en la zurda Piqué, quien volvió a regatear para salir hacia su pierna buena.
Ahí ya se recortó incluso a sí mismo, pues perdió la orientación, hecho que aprovechó Sergi Gómez para mandar la bola a córner.
Piqué, que en el anterior partido de Liga se había convertido en Benckenbauer con sus subidas al ataque, recordó una acción que protagonizó hace poco Dembélé en el Camp Nou, cuando hasta por cinco veces rompió la cintura de Pedraza.