Que Cristiano esté en tu plantilla es lo que tiene. Que puedes hacer un partido nefasto como el que ha realizado la Juventus en esta jornada 34 de la Serie A, sin embargo, el héroe portugués cambió todo el panorama por completo con un doblete a su más puro estilo.
La Juventus debía ganar. Ya no importaba el campeonato del Inter, ni lo que pasará la próxima temporada. El club se juega mucho en la clasificación para la Champions League y el equipo de Pirlo, a pesar de la victoria, no respondió en ningún momento conforme a la final que afrontaba en Udine.
De hecho, el Udinese fue en muchos momentos del encuentro mejor, y eso que no está llegando al final de temporada enfocado en un objetivo. Solo busca el conjunto de Luca Gotti sellar la permanencia cuanto antes para poder encarar el próximo curso de la mejor manera posible.
Los primeros minutos fueron un desastre para la Juventus, sin tensión alguna, con muchos errores en el pase y replegado por la buena presión de un Udinese más concentrado. La dupla formada por Dybala y Cristiano no funcionó y Pirlo no logró encontrar la cohesión necesaría en el juego con el balón.
Es un equipo perdido esta Juventus. La condición para que Pirlo continúe es quedar entre los cuatro primeros de esta Serie A, y posiblemente lo consiga por los buenos jugadores con los que cuenta en plantilla, pero el rendimiento en líneas generales está siendo la mar de decepcionante.
Para más inri, Nahuel Molina adelantó a los suyos en el 10' tras una buena asistencia del ex valencianista De Paul, que encontró las cosquillas a la defensa 'bianconera'. A partir del ecuador del primer tiempo, la Juventus comenzó a responder y a encerrar a su rival en su campo.
Scuffet salvó los muebles en varias ocasiones antes del descanso para el empate. Tiró de coraje la Juventus en esos minutos, pero no encontró el 1-1 y, en el comienzo del segundo tiempo, se volvió a dejar ir. El Udinese tomó los mandos y el partido se encaminó hacia la derrota turinesa.
Pirlo metió a Morata en el lugar de Dybala, que estuvo bastante desacertado, y la Juventus encontró la acción que le metió en el encuentro: un penalti innecesario de De Paul, que sacó el brazo en la barrera durante un golpeo de Cristiano a balón parado. El portugués se encargó de hacer el empate en el 83' desde los once metros.
La épica de la Juventus llegó en el 90', cuando Cristiano cabeceó un buen centro de Rabiot al segundo palo. La pelota se coló y todo el plantel 'bianconero' se volvió absolutamente loco en la celebración. Un pasito más cerca para estar en Champions el año que viene, algo básico y fundamental para esta tan cuestionada Juve.