Cristiano fue titular en el triunfo por 2-0 de la Juventus, en un partido tenso decidido en la segunda mitad por los goles del galés Aaron Ramsey y del argentino Paulo Dybala que permitió a los turineses superar a la Lazio y hacerse con el mando en solitario de la Serie A.
El día de su partido número 1.000 fue este domingo 8 de marzo, después de que la emergencia por la difusión del virus en Italia, que ya ha causado 366 muertos y más de 6.000 contagiados, provocara el aplazamiento del duelo con el Inter, inicialmente previsto la semana pasada, y la semifinal de la Coppa Italia contra el Milan.
Sumó este logro tras vivir una semana delicada, después de que su madre, Dolores Aveiro, sufriera un problema cerebrovascular en Funchal. Cristiano viajó el martes al archipiélago de Madeira para visitarla y recibió noticias tranquilizadoras de los doctores: su madre está estable y va recuperándose.
En lo que al encuentro se refiere, el '7' no estuvo especialmente acertado. De hecho, cortó su racha de once jornadas seguidas marcando en la Serie A, aunque dio una asistencia y rozó el gol varias ocasiones, sobre todo al final del partido.
No era un partido cómodo para el brillo individual. Pese a ello, el ex del Real Madrid contribuyó al tanto de Ramsey que abrió el marcador, aunque su aparición fue intermitente, especialmente en la primera parte.
Un remate bloqueado por la defensa y otro a las manos de Handanovic desde lejos, además de una falta lejana sin consecuencias, fue la aportación del delantero antes del descanso.
En el segundo tiempo,, tras la asistencia a Ramsey, un remate ligeramente desviado desde la frontal que parecía ser su última acción destacada en la reanudación. Sin embargo, en el añadido rozó el gol hasta en dos ocasiones. Un trallazo cerca de la escuadra y un remate con la zurda demasiado cruzado pudieron haber puesto una guinda que, finalmente, nunca posó en su tarta número 1.000.