El encuentro por el Trofeo Naranja entre el nuevo Valencia de Bordalás y el mítico Milan se resolvió con victoria 'che' en la tanda de penaltis. Hasta ahí, nada fuera de lo normal. El problema estuvo en las gradas. A pesar de que el club vendió menos de 3.000 entradas para ver el encuentro, no se respetaron las distancias de seguridad en la mayoría de los casos.
Esto es poderosamente llamativo porque Mestalla abriga capacidad para 50.000 personas. En otras palabras, había 47.000 huecos libres para que el club gestionara de mejor manera la distribución de los hinchas y que estos no tuvieran que estar tan cerca. En las fotografías de los periódicos locales, es fácil discernirlo.
Medios como 'Las Provincias' se hicieron eco de esta situación. Generaron un debate en las redes sociales que muchos aficionados que acudieron al evento utilizaron para explicar cómo se les situó en el estadio cuando llegaron. Al parecer, se les repartió en pocos sectores y gran parte de los asientos quedó libre.
Otros hinchas, esos sí, atestiguaron que los encargados de seguridad sanitaria del Valencia prestaron atención en todo momento a que nadie se retirara su mascarilla. Es una medida que deberá continuar vigente cuando arranque la Liga y el Valencia tenga que gestionar la entrada de muchos más aficionados para sus compromisos oficiales en casa.
La entidad, ante estos sucesos, respondió en un comunicado oficial para reivindicar que, en el Trofeo Naranja, se respetaron todas las medidas de seguridad sanitaria pertinentes.
August 5, 2021