Aunque ya se disputó la Liga de las Naciones, la falta de bagaje de la nueva competición continúa reduciendo el gran foco del fútbol europeo de selecciones al Mundial y la Eurcopa. Y 249 días han transcurrido desde la final de Rusia hasta la tarde del jueves, que arranca con la subcampeona dispuesta a decirle al planeta fútbol que lo sueyo no fue un sueño.
El camino hasta la próxima cita de 2020, que se disputará en doce países, comienza sencillo. La débil Azerbaiyán no debería suponer sobresalto alguno (completan el grupo B Eslovaquia y Hungría). Y los mimbres, casi todo, siguen ahí.
La vida de los croatas rumbo a la Eurocopa llega sin dos de los héroes del Mundial. Subasic, héroe de las tandas de penaltis, y Mandzukic, el corazón al rescate ante Inglaterra en las semifinales, ya dieron un paso al lado por su edad. Pero el bloque continúa intacto.
De hecho, Luka Modric, Balón de Oro en gran parte gracias a lo conseguido con Croacia, continúa con la batuta en la mano. A su lado, el socio perfecto, que en el Barcelona ha dado continuidad a su gran año convirtiéndose en uno de los indispensables del centro del campo. Iván Rakitic es incombustible.
Eso sí, Marko Pjaca se rompió el cruzado anterior de su rodilla izquierda y tanto Brozovic como Rebic, dos de los alborotadores del juego de ataque, atraviesan algún que otro problema físico que pone en duda su participación.