El Milán degusta un aperitivo ante el Bologna

El mexicano Santiago Giménez anotó un doblete en la victoria por 3-1 del Milan para rescatar a los de Sérgio Conceiçao de una debacle en San Siro, en la antesala de la final de Coppa Italia, ante un Bologna valiente pero sin premio en la 36ª jornada de la Serie A.
El cuadro 'rossonero', en el 8º lugar del 'Calcio' con 60 puntos, se enfrentará a los 'Rossoblù', en 7ª posición (62 puntos), el próximo miércoles en el Estadio Olímpico de Roma por el título copero.
El equipo de Conceiçao, que en este 2025 no ha encontrado regularidad en su juego, tiene ante sí la posibilidad de ganar el segundo título de la temporada, tras la Supercoppa lograda ante el Inter, además de la que sería su 6ª Coppa Italia, trofeo que no gana desde 2003 (el Bologna tiene 2, el último en 1974).
Pese a los buenos números, el juego del conjunto lombardo en el primer tiempo fue de suspenso, incapaz de salir de la presión alta de su rival, abusando del balón largo a tierra de nadie y, salvo un par de contragolpes dirigidos por Pulisic, el peligro real creado en la portería rival fue nulo.
Delante tenía a un equipo con las ideas claras, que controló con criterio el balón y que a través de sus bandas, el argentino Benjamín Domínguez y Riccardo Orsoloni, incomodaron la meta de Maignan más de lo que le gustaría a San Siro.
Una situación que se prolongó en el inicio de la segunda parte, porque Orsolini, en el minuto 49, anotó el 0-1 tras un disparo precioso desde la frontal con dirección al segundo palo, imparable para el cancerbero, y que hizo saltar las alarmas.
El Milan despertó al menos en intensidad, porque hasta el minuto 70 no llegó la primera ocasión clara para los 'rossoneri' de parte de Joao Félix.
Tuvo que aparecer Santiago Giménez tres minutos después para empatar con un remate que pasó por debajo de las piernas del meta visitante. Un tanto que animó a la parroquia milanista.
El mexicano agitó el partido y el equipo de Conceiçco lo notó, porque Pulisic completó la remontada en el minuto 79 tras empujar a la red el balón después de un rechace, lo que desató la euforia en el estadio.
Con el Bologna volcado en ataque, volvió a aparecer Giménez para poner el 3-1 a placer ante una defensa visitante descolocada, un resultado que significa más que tres puntos para el cuadro 'rossonero', con la mente puesta en la final del miércoles.