El noble caballero y su fiel escudero conquistaron el Carlos Belmonte. Al conjunto andaluz le bastó con dos acciones puntuales para reinar el marcador y encontrar el molino de Primera División a falta de lo que haga Las Palmas en el derbi canario contra el Tenerife.
El Granada derribó el muro del Albacete (1-2) en el choque correspondiente a la jornada 32 en Segunda División. Myrto Uzuni y Ricard Sánchez se transformaron en Don Uzuni de la Mancha y Sánchez Panza, quienes blindaron tres puntos capitales para los intereses rojiblancos.
El caballero Myrto Uzuni, el escudero Ricard Sánchez
El partido prometió emociones desde el pitido inicial con dos equipos que salieron con el cuchillo entre los dientes. En especial, los visitantes con un José Callejón inspirado. El '9' tuvo la batuta de los primeros compases siendo muy activo en tres cuartos de campo. De hecho, protagonizó un sutil envío desde la esquina que no supo aprovechar el hombre que lo cambió todo minutos después.
Myrto Uzuni sacó la espada para inaugurar el luminoso antes del descanso. Con el previo aviso que se marchó por encima del marco rival, el delantero albanés celebró la victoria de Ricard Sánchez en los cien metros lisos particulares con Julio Alonso con un potente disparo que besó las mallas. 0-1 y el Granada respiró oxígeno en el paso por los vestuarios.
Tras el descanso, Bernabé estuvo a un palmo de protagonizar el fallo más surrealista de la temporada. El portero del Albacete se imaginó estar en la playa de pachanga y golpeó el balón hacia el cielo manchego en su propia área. Cuando la gravedad hizo su trabajo, el meta cabeceó el cuero hacia la posición del '11' 'nazarí', quien no supo finalizar a la red.
El que sí lo hizo fue Ricard Sánchez. El '30' presenció en primera persona cómo Myrto Uzuni le devolvió el favor del primer acto y fusiló por bajo el envío de su compañero para materializar el 0-2, lo que provocó la felicidad de la afición granadina desplazada al Carlos Belmonte. El problema fue que en el fútbol nunca te puedes fiar ni de tu sombra.
Higinio no fue suficiente
El Albacete se empeñó en hacer la épica y todo empezó con Higinio Marín. El delantero blanquillo fue el objetivo final del pase térmico con caño a Yann Bodiger incluido de Manu Fuster. El '12' se deshizo de la marca de Ignasi Miquel como el agua del aceite y superó los guantes de Raúl Fernández. 1-2 y veinte minutos por delante, la historia quiso un desenlace.
Lander Olaetxea pudo cambiar el rumbo del destino con un cabezazo picado a bocajarro, pero la diosa fortuna literaria no quiso el empate. El Granada se salvó sobre la bocina y tanto Myrto Uzuni como Ricard Sánchez -Don Uzuni de la Mancha y Sánchez Panza en esta novela- se encargaron de localizar el molino momentáneo de Primera División. No fue una ilusión, sino la realidad.