Alexander Sorloth guardará con llave en la memoria el 21 de abril de 2024. Día en el que vivió en sus carnes qué es el amor de padre. Porque no estuvo presencialmente en el nacimiento de su hija, pero pudo cuidar, proteger y guiar al Villarreal ante el Almería. El delantero noruego, cuando todo apuntó al empate de la frustración, marcó el 1-2 definitivo en el minuto 92. El gol por el que el conjunto de Marcelino García Toral se queda a 6 puntos de la plaza de Conference League que custodia el Real Betis.
La felicidad del 'submarino amarillo'... contra la sentencia del cuadro 'indálico'. Pepe Mel llegó para construir algo que sabe a lo que juega, aunque no conoce la puntería. Consiguió equilibrar el tanto de Ilias Akhomach gracias a Choco Lozano. Pero no esquiva la clasificación y es que son 17 unidades las que le separa de la permanencia. Y ya le queda 18 por disputar. En otras palabras: el Getafe podría confirmar el próximo sábado a partir de las 16:15 el descenso de categoría de los rojiblancos.
Resistir y aprovechar
Resulta difícil de explicar por qué el anfitrión no abrió el marcador del Power Horse Stadium. Más que nada, por el asedio de situaciones favorables de ver portería antes de la cruda realidad. Del reflejo de la temporada del conjunto 'indálico', que siempre se estrella en el mismo muro: la falta de efectividad. Y el 'submarino amarillo' se dedicó a resistir y aprovechar. Álex Baena encontró a Alfonso Pedraza, quien levantó la mira para colocar el balón en el corazón del área local.
Una entrega que concluyó en la bota diestra de Ilias Akhomach. En una buena lectura del pase, el '27' supo rematar con la diestra para vencer a Luís Maximiano. El 0-1 pecaba de injusticia deportiva. Pero la moralidad y el afán de redención de los rojiblancos encontró el tan buscado empate a minutos de alcanzar el descanso. Un balón a la cazuela de Marc Pubill acabó en la testa de Choco Lozano, quien venció a Filip Jörgensen para hacer respirar a una afición cansada de tanta asfixia.
El hambre con las ganas de remontar
Al Almería se le juntó el hambre con las ganas de remontar. La ansiedad de no poder aspirar a la permanencia está a la orden del día en la tierra de los hijos del desierto. Y más cuando llega una ocasión detrás de otra. Porque Jonathan Viera pudo cambiar el destino de la contienda, al igual que Leo Baptistao. El '8' habilitó al espacio al '12', quien mandó la intentona del 2-1 a la antesala del terreno de juego. Y el paso por el túnel de vestuarios debió servir para revolucionar el electrónico.
En ocasiones, la reanudación equivale a sustituciones. No fue el caso, sino que confirmó el empeño del Almería de darle la vuelta al asunto. Especialmente, Leo Baptistao. El brasileño, desplazado a la banda diestra, consiguió bajar un balón en largo de Marc Pubill de espaldas al marco. Giró y armó la bota, pero el lanzamiento desde la lejanía no localizó los 3 palos de Filip Jörgensen. Al igual que Jonathan Viera, quien sí que se encontró con los guantes del meta que vio la tarjeta amarilla en la posterioridad.
Arenas movedizas
Precisamente, el mago del '8' en la espalda se inventó el pase filtrado del encuentro. La cuchara que dibujó una vaselina perfecta acabó en los dominios de Choco Lozano, quien se relamió con el posible 2-1. Aunque el ariete hondureño mandó el cuero hacia arenas movedizas. Quizás el reflejo de la temporada en el desierto. Porque lejos de encontrar el oasis, siempre se ha topado con bucles difíciles de escapar. Querer, buscar y demostrar en el fútbol no siempre significan eficacia. Y esto pasa factura.
Pepe Mel se aferró al efecto revulsivo de Largie Ramazani. Lejos de ser así, Ortiz Arias expulsó al futbolista belga llegando al tiempo añadido por doble amarilla. La primera se la enseñó por protestar tras un fuera de juego, mientras que la segunda la vio por un manotazo a Kiko Femenía en una disputa del esférico. Bajo la interpretación del colegiado, el '7' mereció marcharse a la ducha antes de lo previsto. Pero la controversia del criterio levantó el malestar del ambiente e incluso las dudas en torno a su decisión.
El mejor regalo
Hasta que llegó el minuto 92. El destino enlazó el mejor regalo posible para Alexander Sorloth por ser papá. Alberto Moreno recorrió la banda y sacó el centro al área. Y en el sitio idóneo estuvo el noruego preparado para rematar el partido y las aspiraciones de permanencia del Almería. Porque soñar con la Conference League no es ninguna disparatez para el 'submarino amarillo'. La distancia es más que salvable y el rendimiento del proyecto de Marcelino García Toral arranca desde dicho objetivo.
Ambicioso, pero factible. Porque el Villarreal está de celebración. El amor de padre de su vikingo llegó cuando su 'hijo' más lo necesitaba. Y con su hija esperando junto a su mamá a la llegada de su héroe. Su entrenador le dio permiso para vivir en persona el momento más feliz de su vida, pero él decidió estar con su equipo en la batalla por Europa. La profesionalidad no se negocia en la élite y todo esfuerzo tiene su recompensa. Otro motivo por el que Castellón de la Plana, con razón, se rinde a su ídolo.