La satisfacción de irse a la cama con una sonrisa de oreja a oreja. Con esa sensación de felicidad terminó el día el 'león' de Bilbao... y con razón. Lo que se vio en la alfombra verde de San Mamés justifica los dulces sueños de un club que ocupa el 4º escalón y fantasea con jugar la Champions League la próxima temporada. Y eso que las interrogaciones invadieron las gradas después de la imagen vista en el derbi vasco ante la Real Sociedad. Pero el rey de la selva se lamió las heridas y miró hacia el horizonte.
El Athletic Club enmudeció al Almería (3-0) en el choque correspondiente a la apertura de puertas de la 9ª jornada en Primera División. Gorka Guruzeta, Dani García y Oihan Sancet fueron los encargados de subir los tantos al marcador bajo la extrema preocupación del conjunto andaluz. Porque no es esperanzador encajar 24 dianas en unas alturas tan tempranas de curso. Porque todavía no conoce la victoria. Porque necesita un nuevo entrenador como agua de mayo. Porque los argumentos reflejados no parecen ser suficientes para salvar la categoría.
Guruzeta y el 6.500
La 1ª mitad se resumió en el bando local como pez en el río... y el visitante ahogándose en un vaso de agua. Ya es tradición ver a los 'leones' saliendo a morder en los compases iniciales con esa presión alta que pudo con el rival. Tal es así que Chumi o Kaiky intentaban conectar con sus laterales o centrocampistas y el desenlace siempre fue el mismo: las botas de un futbolista vestido de rojiblanco. Y para colmo, un tropiezo iluminó el sendero que acabó en Gorka Guruzeta y el gol número 6.500 del cuadro vasco en partido oficial. Fue el consuelo a la temprana sustitución de Yeray Álvarez por problemas físicos.
Nico Williams se asomó al balcón del área y encaró a su par. Analizando otras vías, el '11' abrió el cuero a la bala Yuri Berchiche. Y el carrilero zurdo solo tuvo que colocarle el cuero en bandeja al '12'. El canterano de Lezama solo tuvo que demostrar su descaro con un toque mágico que superó a Luís Maximiano. 1-0 en el marcador. Desde ese preciso instante, el alma de 'La Catedral' se convirtió en el 5º equipo español que supera la cifra mencionada. Solo tiene a 4 por delante: Barcelona -9.267-, Real Madrid -9.195-, Atlético de Madrid -6.952- y Valencia -6.651-.
La virtud desde el defecto
Hasta que el colegiado señaló el descanso, el Athletic Club creció e invocó a la virtud desde el defecto. O lo que es lo mismo: la nota positiva de merecer el 2-0 desde la negativa de no saber cómo hacerlo. Y situaciones clamorosas no faltaron. De hecho, Ander Herrera se topó con el palo tras cabecear desde el primer palo un saque de esquina servido desde la izquierda. Otro partido más en el que la táctica a balón parado de Ernesto Valverde sentó cátedra. La mística de la pizarra en la estrategia estuvo cerca de ser la clave del visto para sentencia.
Es más, Yuri Berchiche tuvo otra ocasión capital para ampliar las distancias del luminoso, pero para eso están los porteros. Luís Maximiano sacó una mano prodigiosa al fusil sin miramientos del asistente. Pese a que el resultado no fue abismal, en el ambiente se respiró un aire de superioridad más que evidente en los anfitriones. La piedad no se negocia y el fútbol tampoco. Ese que demostró la capacidad de este proyecto de pelear por la Champions League de aquí al final de la temporada.
La necesidad del cambio
A raíz del balón parado es como el Almería planteó su intento de empatar la contienda. Apenas una falta lateral de Adrián Embarba originó dudas en Bilbao, pero que no encontró destino y salió por línea de fondo. En el ejército 'indálico' urge la necesidad del cambio. La de un entrenador que haga olvidar la construcción fallida de Vicente Moreno y devuelva a Alberto Lasarte al filial. Con el nombre de Veljko Paunovic sonando por el Power Horse Stadium, los síntomas de querer revertir la situación no se presentaron en la pletórica de San Mamés.
En el minuto 60, la estadística de tiros era 10-1 favorable al Athletic Club. Los números no mienten. El milagro de lo que va de Liga tenía que aparecer divinamente sobre el césped para presenciar algo de felicidad en los hombres que vistieron de azul. Hasta que la lógica se presentó en sociedad porque era crónica del 2-0 anunciado. Óscar De Marcos no sirvió un centro cualquiera. Óscar De Marcos le brindó una bendición a Dani García. El '14' solo tuvo que cabecear a la red el balón térmico de su capitán. Distancias ampliadas y realidad justificada.
El 'lince' ibérico
Y claro. Después de ser convocado por Luis de la Fuente para jugar con la Selección Española, el 'lince' ibérico tuvo que salir a escena. Oihan Sancet tuvo la fortuna de encontrar el rechace de Luís Maximiano al golpeo de Nico Williams y sentenciar el asunto con el 3-0 definitivo. Tal fue la fiesta que ni importó el posible penalti a favor que no interpretó García Verdura como suficiente para señalar el punto fatídico. Iñaki Williams también pudo sumar el 4-0, pero la santa fortuna no quiso meter el dedo en la herida ensangrentada del rival.
En definitiva, al Almería se le quedó muy grande San Mamés. La imagen de un equipo que, ahora mismo, no está a la altura de firmar la permanencia. Y en el otro lado de la moneda, el Athletic Club se va a dormir con la satisfacción de que convivirá esta noche con los dulces sueños de luchar por jugar la Champions League la próxima temporada. Esto acaba de empezar como quien dice, pero desde luego que el león caminó en la dirección correcta y a las puertas del parón internacional de octubre.