Muy buenas sensaciones las que deja este Athletic, casi intocable en La Catedral y solvente a la hora de la verdad. Aunque el Cádiz hizo su partido y salió a amarrar desde el inicio, el equipo de Ernesto Valverde aprovechó las imprecisiones de su rival para llevarse los tres puntos con un 3-0 incontestable.
La sensación que queda con el Cádiz es que si no le sale su guion, se viene abajo. Justo cuando parecía que empezaba a apretar se encontró con dos goles seguidos y entregó la cuchara. Los rojiblancos sometieron al conjunto de Sergio González y a base de insistencia cosecharon un marcador amplio que hasta pudo ser más.
Ciertamente, el partido existió a partir del minuto 25. Lo de antes no es que fuera feo, sino difícil de ver. No llegó hasta entonces el primer remate en general del duelo, que fue a portería por un cabezazo de Guruzeta a una falta lateral bien colgada por Óscar de Marcos. El delantero tuvo dos seguidas, ambas con la testa; la segunda, tras un recurso de espaldas de Iñaki Williams que le permitió peinar algo cruzado de más.
Antes, el Cádiz había jugado bien sus cartas ralentizando el ritmo y obligando al Athletic a llevar la iniciativa, aunque el equipo de Ernesto Valverde de primeras no supo aprovechar las concesiones en la salida de balón del conjunto amarillo. Ya fuera por pérdidas en campo propio o con despejes defectuosos, los bilbaínos pudieron hacer más daño en esos primeros compases del que acabaron haciendo.
El Athletic mandó dos balones al travesaño
No obstante, en cuanto se animaron y conectaron la primera, los 'leones' encontraron definitivamente su sitio en el partido y comenzaron a apretar de forma tangible. Berenguer, novedad en el once 'athleticzale' junto a De Marcos por la lesión de Nico Williams, se conectó con disparos lejanos mientras Oihan Sancet estrellaba el balón en el larguero hasta en dos ocasiones.
Fue precisamente Berenguer el que encontró en primera ocasión al mediapunta de 23 años con un envío muy preciso al corazón del área. Sancet conectó el remate cercano y lo mandó a la madera ante la mirada de Conan Ledesma, que minutos más tarde se veía batido cuando llegó el segundo palo del futbolista del Athletic. En este se las ingenió para controlar un balón de piedra de Iñaki, forcejear con Javi Hernández y chutar con muchísima violencia, ya casi derrotado, a pocos metros del arco.
La tónica siguió así en el segundo tiempo, donde el Athletic volvió a buscar el gol con varios arreones. Sobre la hora de partido tuvo una doble ocasión clarísima, primero con un tiro de Sancet despejado por Ledesma que Iñaki Williams devolvió al punto de penalti, donde Guruzeta se topó con Iza Carcelén bajo palos cuando definía casi a puerta vacía. Una situación a la que respondió Sergio introduciendo a Robert Navarro, Darwin Machís y Maxi Gómez.
Buscaba el Cádiz más presencia en el área rival y sobre todo inquietar, crearle miedo a De Marcos y Yuri, que habían cargado el área rival sin cargo de conciencia. Navarro cumplió la premisa en su primera intervención, en la que rompió al lateral zurdo rojiblanco, pisó área y cedió atrás para que Maxi rematara mordido a las manos de un Unai Simón inédito. El asunto es que esta idea acabó en utopía porque justo al instante llegaron los dos primeros goles del Athletic Club.
De los primeros impulsos cadistas al 2-0
Quién sabe cómo habrían sido las cosas si el uruguayo hubiera disparado con más contundencia y hubiera encontrado el empate. Es que justo tras ese saque de puerta, en el minuto 66, De Marcos recibió con espacio para subir de nuevo, centró al segundo palo y Conan falló. El argentino calculó mal, vio el balón pasar y se encontró de cara con un Gorka Guruzeta dispuesto al remate para dentro. 1-0 y sustitución precisamente del goleador, al que suplió el otro anotador, Asier Villalibre.
El 'Búfalo' solo necesitó unos segundos sobre el campo para poner el 2-0 y dejar el partido sentenciado. Si lo de Ledesma fue una liada, la de Escalante no tiene nombre. El mediocentro cadista fue a despejar un centro y lo que hizo fue ponerle el esférico en la cabeza a Villalibre. No tuvo ni que hacer esfuerzo, prácticamente le rebotó en la testa antes de colarse con suspense en la portería.
Ernesto Valverde y Sergio González agotaron los cambios en el tramo final de un partido sentenciado. Negredo lo intentó sin éxito y el Cádiz acabó pereciendo entre el control de un Athletic Club superior. No salieron las ideas del Cádiz, falto de 'punch' donde más lo necesitaba. Iñaki Williams lo acabó redondeando con el tercero en el minuto 90 y Unai Simón mantuvo la portería a cero en los últimos impulsos amarillos.