El Athletic vuela hacia los octavos

San Mamés. 21 de mayo de 2025. Ese día, el Athletic quiere jugar en casa, quiere jugar en su estadio. Ese día es la gran final de la Europa League. Y, de momento, los de Ernesto Valverde están comprando los billetes para poder estar.
El Athletic Club es el equipo de moda en la Europa League. Son ya cuatro las victorias de forma consecutiva las que lleva el conjunto rojiblanco, que dio buena cuenta del endeble Elfsborg. Nada pudieron hacer los suecos, ya de vacaciones en la competición doméstica, para frenar el torbellino en el que se convierte el ataque vasco.
En este nuevo formato de la Europa League, cada gol cuenta. Da igual ir 1-0 o 2-0, siempre hay que buscar un gol más. Esa es la filosofía que tuvo el equipo de Valverde ante el Elfsborg, quien se convirtió en un juguete en manos de los Williams.
Y es que los hermanos más famosos del País Vasco volvieron loca a la defensa sueca. Especialmente Nico, quien combinó bien con un Adama Boiro que vivió su primera gran noche europea. Gol y asistencia para el canterano del Athletic y la convicción de que puede luchar por la titularidad en cualquier momento de la temporada.
Se llevó una de las ovaciones de la noche cerrada en Bilbao. Abrió el marcador en una jugada de pizarra, en una jugada que 90 de cada 100 veces no sale porque llega antes la defensa. Pero Guruzeta, que después marcaría, encontró el espacio justo para la llegada de Adama Boiro, quien se estrenó como goleador.
Noqueado el Elfsborg, el balón siempre fue hacia la portería de Pettersson, quien tuvo mucho trabajo. No así un Unai Simón que volvió a jugar tras ganar la Eurocopa y ser operado justo después. Pocos partidos ha tenido más plácidos en Europa el cancerbero del Athletic y de 'la Roja', que vivió como un espectador más la exhibición de su equipo.
El Athletic buscó y buscó hasta que encontró el segundo tanto. De nuevo por la izquierda, donde el conjunto vasco volvió loco al sueco. De nuevo Nico, quien había dado la preasistencia del primero. El campeón de Europa con España realizó uno de esos cambios de ritmo que valen millones para encontrar la línea de fondo y pasar a un Beñat Prados que se sumó a la fiesta.
Quiso cambiar el Elfsborg el sino del partido tras el descanso, pero se encontró con un Athletic muy sólido que sabía que cada gol cuenta. La izquierda, siempre la izquierda, volvió a dar réditos al cuadro de Valverde. Adama Boiro firmó su gran partido con un control con el pecho y asistencia a un Guruzeta que le había dado el 1-0 para cerrar el círculo.
Llegaron los cambios, llegaron las ovaciones y a punto estuvo de llegar el cuarto gol. Con 3 se conformó finalmente un Athletic que podría sellar su clasificación en la próxima jornada y acercarse, aún más, a los octavos de final.