Un empate como una catedral. Así podría resumirse el 2-2 que dejaron Athletic y Valencia en un partido de esos que dan valor a las 2 horas empleadas, como poco, para verlo. Ya con el horario de invierno, seguro que en muchas casas puso luz a la oscurecida tarde un encuentro que tuvo dominadores alternos, más de un MVP, porteros acertados y cambios de resultado hasta el añadido.
Hasta ese minuto 97, el partido tenía 2 nombres propios. Giorgi Mamardashvili hizo varias paradas de mucho mérito y que, para colmo, aunaron calidad, decisión y belleza. El sumun del portero. Y su compañero Fran Pérez no las desaprovechó para, apoyándose en ese cerrojo solo abierto por De Marcos en la primera parte, darle la vuelta al marcador en la segunda con un gol y una asistencia que bien puede considerarse casi 0.90 del tanto de Hugo Duro. Muchos pensarán que podríamos decir lo mismo del '9', autor del 1-2 y asistente en el 1-1, pero fue el que hasta hoy era el hijo de Rufete (ahora Rufete es el padre de Fran) el que tuvo más mérito en ambas acciones.
Costaba imaginarse un final así tras la primera hora de juego. El choque comenzó con una doble ocasión para los visitantes, con un cabezazo que no se dio de Amallah y uno de Hugo Duro que se fue por encima del larguero, pero fueron los de Ernesto Valverde los que más rondaron el gol. El típico arreón de San Mamés, que también se vería como se esperaba en los minutos finales con el marcador en contra, llegó, sobre todo, en unos pocos minutos que encumbraron a Mamardashvili.
El georgiano, en el 23', le sacó un zapatazo a Iñaki Williams con un palomitón. Y en el 26', salvó un mano a mano del '9' con un pie providencial, aunque, en parte, ayudó también esa dificultad para marcar que siempre ha dejado a Iñaki un escalón por debajo de lo que podría haber sido. Sancet también avisó con un remate desde la frontal que se marchó alto. Fueron los 3 aperitivos previos al 1-0.
En el minuto 32, Nico Williams combinó con De Marcos, que le dobló por la derecha y recibió el balón en el área. Podría haber centrado, pero prefirió disparar y batió por debajo de las piernas a Mamardashvili. Fue el único error del meta hasta el 97', un resquicio en su muralla que adelantaba de forma merecida a los de Valverde.
Sin embargo, reaccionó el Valencia. Unai Simón se sumó a la tarde de los porteros con 2 paradas clave ante el zapatazo de Hugo Duro y el toquecito sutil de Amallah que desvió con la punta del pie. Y como le pasaría al Athletic, tras las 2 paradas tuvo una tercera ocasión con un remate desviado desde fuera del área.
Berenguer le estropea el titular a Fran Pérez
Para ser sinceros, esta crónica habría llevado por título alguna referencia a Fran Pérez y a su padre. Y es que, como hemos comentado, este fue el partido que cambiará el nombre del chico para siempre. Ya no es el hijo de Rufete, no. Ahora, el bueno de 'Rufo' es el padre de Fran.
Mamardashvili aún tendría tiempo para algún que otro paradón antes del 'show' de su compañero. En el 60', con una palomita de portada de periódico, desvió al larguero una volea de Dani García desde la frontal tras un pase de Sancet, el jugador con más clarividencia de los presentes en San Mamés.
En el 62', llegó el 1-1. Fran recibió un pase al espacio por dentro de Hugo Duro y, con toda la tranquilidad del mundo, batió a Unai Simón con un derechazo ajustado a la derecha. No se intuía el empate tras el aparente dominio local, pero sí que se intuyó poco después el 1-2 que cayó en el 69'. El Athletic quedó noqueado y el Valencia, enchufado tras el empate. Ya tuvo que salvar Unai el gol en el 67' al ganarle la partida a Hugo Duro en el mano a mano. Le sacó el regate al '9' con los dedos, pero no pudo ganarle la partida en el 1-2.
Fran Pérez, en una gran internada, se coló en el área y tuvo la vista y la paciencia necesarias en esto del fútbol. Esperó justo al momento del pase a boca de gol, donde apareció Hugo Duro para, de primeras, confirmar la remontada.
Como es habitual ver en estos guiones, y más en San Mamés, el Athletic se volcó en la recta final. Sí es cierto que tardó en reaccionar, pero, a partir del 80', asedió el área rival. Mamardashvili volvió a lucirse con una mano abajo ante Iñaki Williams antes de que Ruiz de Galarreta tirase por encima del larguero, mismo destino que tuvo un remate de primeras de Beñat Prados, que estaba solo en un córner. También en el añadido, una espuela de Villalibre se marchó cerca de la escuadra.
Y como las madres, los padres, las abuelas y los abuelos siempre llevan razón con sus refranes, lo del cántaro y la fuente acabó cumpliéndose. En el 97', Álex Berenguer metió la cabeza lo justo para anticiparse a Mamardashvili tras un centro de Iñaki Williams y puso el definitivo 2-2 que demuestra que, también en los leones, hay que tener en cuenta hasta el mismo rabo.