Al Atlético de Madrid se le escapó la oportunidad de quedarse como líder en solitario de su grupo en la Champions en un partido en el que le faltó muchísima producción ofensiva y en el que se quedó sin tiempo.
El Bayer fue superior en bastantes momentos de la cita y acabó destruyendo a los rojiblancos en la recta final con dos jugadas perfectamente ejecutadas con los del Cholo se estaba volcando en el ataque.
Esta vez fue Gerard Seoane el que movió mejor las fichas que Simeone, quien se llevó un jaque mate para dejar que el club alemán apriete mucho más la competencia en esta fase de grupos.
Hubo poco que rascar del Atlético en el Bay Arena. Apenas tres disparos a puerta de un equipo que volvió a dejar la sensación de que necesita un mundo para hacer un gol y un jugador como Griezmann desde el minuto uno.
La primera parte fue para echarse a dormir en muchos momentos, salvo por la polémica de la mano de Tapsoba que Michael Oliver no vio o no quiso ver. El trencilla fue a revisar una jugada en la que el balón golpea en el brazo al defensa del Bayer, que lo tiene separado del cuerpo, y pareció pena máxima clara.
La sorpresa saltó cuando el árbitro dijo que no había nada punible cuando en todas las tomas se pudo apreciar que el cuero golpeó en una zona ilegal del cuerpo. Por cosas más dudosas se han pitado otros tantos penaltis.
Pero el Atlético siguió con su modorra mientras dejaba danzar al Bayer por las inmediaciones del área de Grbic, al que la noche se le convirtió en una pesadilla cuando en los últimos momentos.
Joao Félix estuvo desaparecido y a Morata lo siguen buscando mientras que el Bayer intentaba dar más el do de pecho con Diaby por banda y las subidas contanstante de Hincapié, aunque tampoco inquietaron demasiado en unos 45 minutos muy pero que muy prudentes y tranquilos.
El Atlético se deja destruir en tres minutos
A la segunda mitad salió el Atlético con los ojos pegados todavía y el Bayer estuvo a punto de despertarlo de golpe y porrazo. Los 'colchoneros' se encontraron con todos los santos del mundo porque Schick mandó su remate al larguero y, acto seguido, Hlozek cabeceó hacia la madera cuando tenía toda la portería para él.
Cuando entraron Griezmann y Carrasco se vio a otro equipo. Está claro que el francés le da otro brillo al Atlético, pero Simeone y el club se empeñan en echarle un pulso al Barcelona. En media hora no se ganan partidos todos los días, porque todos los días no son domingos.
Este martes no ocurrió, no hubo ese rayo de luz que tantas veces ha iluminado al Atlético. De Paul buscó la escuadra y Joao Félix disparó a la media vuelta en los mejores minutos del Atlético en el partido.
Pero la clave fue Frimpong. El atacante del Bayer entró como un golpe directo al corazón y el del Atlético lo rompió en varios pedazos. El Bayer se apoyó en su velocidad cuando el Atlético estaba volcando en el ataque y este. en una jugada rápida, le puso un balón a Andrich para que batiera a Grbic en la recta final.
Solo tres minutos después, el Bayer robó en campo propio, salió rápido, el balón le llegó a Frimpong y este le puso un centro al segundo palo para que Diaby rematara de primeras y pusiera el 2-0 en el marcador, lo que le hizo imposible sumar y creer a un Atlético que volvió a perder la oportunidad de vivir un poco más tranquilo en la Champions con un partido muy tímido ante un Bayer constante y resolutivo.